lunes, 23 de noviembre de 2009

SANTO PADRE


En el mundo coexisten más de mil religiones distintas. De hecho, a día de hoy, siguen creciendo como hongos después de la lluvia. O muriendo también. Es el caso del Catolicismo. Cada año, más de seiscientos mil hispanos lo abandonan. La inmensa mayoría de religiones contienen nudos y paralelismos incuestionables entre sí. Verbigracia: el mismo Catolicismo. Mientras reniega del sincretismo religioso, se da la paradoja –bastante común, por otra parte- de que bebe directamente del hontanar sincretista. Desde los cultos isíacos y mitraicos (p. ej. eucaristía), pasando por el hinduismo (p. ej. Trimurti o Santísima Trinidad) y haciendo fonda en el paganismo grecorromano (p. ej. culto a los exvotos). Supersticiones, creencias y cultos que se repiten en el anfractuoso túnel de la Historia. Para muestra, un botón: Osiris y Dionisos eran hijos de Dios iguales al Padre, nacieron de una mujer virgen que al morir ascendió a los cielos y fue venerada, su alumbramiento tuvo lugar el 25 de Diciembre y fue anunciado por la aparición de una estrella, recibieron oro, incienso y mirra cuando estaban en la cuna (las tres sustancias se utilizaban en los ritos heliolátricos) y fueron bautizados por un asceta. ¡Újele! Una tonadilla bastante conocida por estos lugares. ¿Verdad? Sin embargo, los prebostes de la Iglesia nos sirven su producto sobre la patena de lo puro y genuino. Sin conservantes ni colorantes artificiales. Y de cultivo ecológico, cómo no.

Las mismas contradicciones las podemos hallar dormitando bajo la sombra de un árbol dentro del Socialismo. Religión pura y dura donde las haya. Sin embargo, escupen sobre ella con la misma impetuosidad de aquel que ahuyenta tábanos, cuando a efectos prácticos, funciona como la más perfecta y refinada de las religiones. Deslegitimado el Socialismo tras la caída del muro de Berlín, anda libando el pobre néctar de todas aquellas flores marchitas que va encontrando. Desde las energías renovables al feminismo, pasando por los homosexuales. O los radicales. O los okupas. O los grupos marginales. Incluso un movimiento que nace con perspectivas internacionalistas, no duda en casarse –por lo civil, claro- con el nacionalismo. Todo vale con tal de encontrar nuevos asideros. Así, de igual que las religiones de Mitra y Osiris ofrecían la inmortalidad del alma, el catolicismo –culo veo, culo quiero- emulando a todas las creencias del Mediterráneo, no sólo añadió la misma a su panoplia de armas, sino que fue un paso más lejos aún. Completó su engañifa incluyendo en el lote la resurrección de la carne a fin de obtener una clientela vip.

De esta manera, no contentos por tener que convivir con los fantasmas y almas errantes del viejo socialismo momificado, tenemos que soportar la plúmbea carga de ver cómo, de vez en cuando, vuelven al mundo de los vivos viejos Faraones del jaez de Felipe González. Sin ir más lejos, ayer mismo tuvimos que soportar los efluvios de toda la troupe socialista. Felipe, Zapatero, De la Vega, Corbacho, Leire Pajín, los Presidentes de las Comunidades Autónomas gobernadas por el PSOE, incluso el All-Star Barrionuevo. Este conato de concilio vaticano tuvo lugar en el Palacio de Congresos del Parque Juan Carlos Primero de Madrid, y en él se anunció el nuevo dogma de fe con el que deberán comulgar los feligreses socialistas. Se trata de la Ley de Economía Sostenible. El maestro oficiante, Zapatero, previo baño de vítores y alabanzas, sentenció que no hay que volver a las políticas de 1996, ni de 2000, ni de 2004, sino que hay que hacer las políticas del Siglo XXI. Como si no nos hubiésemos ventilado ya una décima parte del mismo... Palabrería huera. Así, tras dejar la nueva Ley a punto de solfa y mostrarla como una suerte de Bálsamo de Fierabrás, se aventuró a espetar al rebaño las consignas consabidas. Compromiso social, energías renovables, control del sistema financiero y demás canciones de papamoscas. Una feligresía que se deshace en arrumacos y cariñitos con un Sumo Pontífice más que alejado de la realidad, responsable de que el coste del kilovatio hora para las familias españolas haya crecido un 23 por ciento desde 2008 por culpa de la perorata ecológica y renovable. O de esquilmar a las clases medias dejando caer sobre sus cabezas el peso de toda la cúpula celestial a modo de incremento de la fiscalidad. ¡Ay, la religión escarlata!

Es lo que ocurre cuando la fe se antepone a la razón. Todo es literatura. Todo es mito. Todo es sugestión. Y al hatajo de siervos poco le importa el agrio sabor de la mentira, con tal de caer de hinojos en busca de la salvación. Decía Burke que cuando no se cree en Dios se acaba creyendo en cualquier cosa. Pues puestos a sopesar, Alabado sea Dios...

1 comentario:

Sempietnos dijo...

Un acto de afirmación del régimen y adoración al líder que pasa por momentos duros,con encuestas apabullantes y una situación económica y dramática, que no desemboca en conflicto social por la estabulación del personal que anda anestesiado y con una modorra absoluta.
¿Qué es lo que celebra esta panda,esta caterva?.
¿Los cinco millones de parados?.¿El hundimiento económico y social de un país?.¿los datos del PIB y la recesión?.¿El ridículo internacional y la bajada de calzoncillos ante los piratas somalíes?.
¿El archivo del "caso Faisán" y el chivatazo a ETA?.

¿Qué celebran estos golfos?.