Violentas olas largas de hasta cuatro metros dejan crestas blancas a su paso. Un ruido sordo de rodamiento se convierte en estertor de la mar. Fuertes rociones se lanzan de cabeza sobre la cubierta del petrolero monocasco Prestige. Nivel 5 en la escala de Douglas. Mar gruesa. Es la tarde del día 13 de Noviembre de 2002. Más de 77.000 plúmbeas toneladas de fuel-oil soportan la zozobra del Atlántico, mientras el petrolero navega en dirección Sur, a unas 28 millas al Oeste de Fisterra. La escasa visibilidad hace más lóbrego aún si cabe el avance del buque fantasma. A las 15.10 horas, un ruido seco, bordoneo, deja su eco a bordo, tras lo que el barco, acto seguido y movido como por una mano ciclópea, deviene en una rápida escora a estribor. Cinco minutos más tarde, el Centro de Coordinación de Salvamento Marítimo recibe un S.O.S. Apostolos Mangouras, capitán a bordo del petrolero, sabe ya lo peor: un fuerte golpe ha abierto una grieta en el casco. A partir de ese momento, una serie de negociaciones comienzan a producirse entre el armador, el Gobierno español y las empresas de salvamento.
Juego de reproches, lluvia de responsabilidades y, ante todo, contrarreloj. Mangouras, terne en su postura desde el primer momento, propone conducir al petrolero hasta la ría de Vigo. Sus razones son diáfanas: 60 millones de euros en oro azabache que pueden caer en saco roto. José Luis López-Sors, director de la Marina Mercante por aquellas fechas, se mantiene recto: hay que alejar el petrolero lo máximo posible de la costa. Sus razones son más éticas y morales que materiales. Está en juego la salud ambiental. Así las cosas, López-Sors, al alimón con la empresa salvadora Smit Salvage, impone su criterio. A partir de las 2.00 horas de la madrugada del día 15, el personal de Smit Salvage pone sus cartas sobre la mesa, marcando el rumbo 330º, respetando así la distancia de alejamiento impuesta por las autoridades españolas.
Tres días más tarde, el 18 de Noviembre a las 8.00 de la mañana, sucede lo peor. Un terremoto sacude cada milímetro de la herrumbre del barco. Las puertas del Hades se abren de par en par. El Prestige se ha partido en dos con la misma facilidad que se desgajan las piezas de un cacahuete. Las aguas reclaman su esqueleto. Una nube blanca efervescente clava sus uñas sobre la coraza del petrolero. El mar comienza a engullirlo, lenta y parsimoniosamente, como una pitón deglute a su presa. Halla cristiana sepultura a 250 kilómetros de la costa española.
De igual que un cadáver escupe gases en su descomposición, los restos mortales del Prestige comienzan su putrefacción expulsando maromas interminables de combustible. El 2 de Enero de 2003, una suerte de queratosis perversa se hace con el cerúleo del Atlántico, tiñéndolo de negro. Las manchas de combustible se hallan a 50 kilómetros de la costa.
Mientras, en tierra firme, un ejército se levanta en armas. Con el PSOE y el BNG alimentando odios africanos, comienza a cocerse a toda candela una auténtica Revolución. La información que porta el PP en sus galeras mediáticas navega más despacio que las manchas de fuel. Caen, incluso, en errores de apreciación. No obstante, como quedará demostrado años más tarde, el trabajo se está haciendo como mandan los cánones de la prevención. La horda popular, en estado de espera como la encinta que aguarda dar a luz, se mantiene firme en la arena atendiendo la llegada inminente de las primeras manchas negras. Serán éstas la llama que encienda la mecha. El parto prematuro, sin embargo, se produce en las calles. Ve la luz una plataforma ciudadana bautizada como Nunca Máis. A matacaballo, yéndole la vida en ello, acribilla sin descanso a las administraciones implicadas: la Junta de Galicia y el Estado Central, ambos puestos de mando en manos del Partido Popular. La ofensiva se hace cada día, cada hora, cada minuto que pasa, mucho más intensa y violenta. Para que triunfe el mal, basta que los hombres buenos no hagan nada. En este caso, los cargos responsables del PP agachan la cabeza y soportan como buenamente pueden la lluvia ácida de instigaciones.
El PSOE, abogó por que se hubiese acercado el buque hasta Vigo. El BNG, por su parte, propuso la Ría de Concurión. Ante los oídos sordos por parte de los responsables de las empresas rescatadoras, el director de la Marina Mercante, así como las distintas administraciones públicas, que obraron de acuerdo a los principios más elementales de la prevención, arremeten ambos partidos como toro bravo contra el Gobierno de Aznar, exigiendo su cabeza. La locura se respira en el ambiente. El odio resuena a lo lejos, como el paso de una manada de bisontes americanos. Se intensifica. La sangre se hace más roja que nunca a su paso por las arterias de los milicianos improvisados. Dando por sentado un apriorismo inoportuno como el del PSOE y el BNG, así como el del capitán Mangouras –beatificado años más tarde por el colectivo Nunca Máis– de traer el peligro a las costas gallegas y, por tanto, estimando oportuno meter los dedos mojados en el enchufe, niegan todo razonamiento lógico que implique la participación del PP o experto alguno vinculado a los órganos de poder.
De esta manera, la torva popular, en pleno estado de catarsis colectiva, se niega a darle carta blanca a la Diosa Razón. Más al contrario, le tiende trampas y cepos de toda laya. Dicen –además– que el desastre aumentará la emigración que ya existe. También sentencia la caterva que el fuel destrozará por completo la costa gallega. Yendo más lejos aún, afirman con la inapelabilidad de una sibila o un oráculo chino que, en cuestión de meses, la catástrofe afectará con especial virulencia al PIB español. Todo vale con tal de engordar la panoplia de armas utilizadas contra el Gobierno del PP.
Volviendo a alta mar, un sistema denominado “extracción por gravedad” se encarga de libar el fuel subyacente en los tanques del petrolero para, posteriormente, trasladarlo mediante un complejo sistema de tuberías al Polar Price. Este sistema fue aprobado por el Consejo de Ministros el 12 de Diciembre, en base a los informes ministeriales así como a Repsol-YPF, la empresa encargada de la extracción.
Dicho proceso de extracción finalizará el 10 de Septiembre de 2004. El resultado: casi 14.000 toneladas de fuel recuperadas. El resto, otras mil que quedan en el pecio, son tratadas con un cóctel nutritivo que multiplica la capacidad de proliferación de las bacterias encargadas de la descomposición de los desechos, de los que sólo quedará CO2 y agua.
Pese a los trabajos en el buque, como se veía venir, la marea negra ha llegado a la costa gallega. La Parca se ceba con las aves y la flora litoral. Los medios de comunicación publicitan el desastre. Imágenes de aves agonizantes, bañadas en una prieta pasta mortal, inundan las pantallas de televisión y los periódicos. Cadáveres animales siembran la arena, como si de un arrozal tétrico se tratase. En honor a la nobleza de los sentimientos y el corazón, toda España –al margen de colores políticos– se revuelve de dolor e impotencia. Sin embargo, un grueso de la población, en concreto los sectores vinculados a la plataforma Nunca Máis, así como al PSOE o BNG, le niega la sal y la hiel a todo aquel que defienda el operativo de prevención dispuesto por el Estado Central o le baile el agua al Partido Popular. La unidad, como viene siendo habitual en este rabo de Europa por desollar -que dijera Machado– , brilla por su ausencia cuando los desastres se politizan.
El Ejército pone los pies en polvorosa. Todos los medios de los que dispone el Estado son trasladados a la costa gallega. Hay que evitar, en la medida de lo posible, que la marea negra siga clavando sus fauces sobre el litoral. Del mismo modo, se presta especialmente atención a los animales afectados, tanto por medios de la Administración, como voluntarios. Una aguerrida batalla se libra en la arena. Inasequible al desaliento, el conjunto de los voluntarios lucha con denuedo por restablecer el orden natural previo al desastre. Limpian la arena, los cantos rodados, las aves son enviadas a centros especiales. Se trabaja a destajo.
Los días van pasando. Los meses ruedan lentamente sobre la arena. Así, con el inevitable paso del tiempo, la costa gallega se purga poco a poco. Entretanto, en Mayo ya de 2005, el aparato propagandístico sigue con su guerra particular. Burla Negra, un colectivo vinculado a Nunca Máis, presenta el documental “Hai que botalos”. La situación tiene un matiz de cambio que lo hace particularmente peligroso. El PSOE Gobierna desde Marzo de 2004 y las elecciones autonómicas gallegas están a la vuelta de la esquina. El documental de Burla Negra se convierte en un azote contra la derecha franquista (sic) a la que hay que expulsar de Galicia para que desastres como el Prestige no vuelvan a suceder. De este modo, la tramoya dispuesta –con el fantasma de Goebbels dando cuerda– consigue su propósito: PSOE y BNG forman un Gobierno de Coalición. No obstante, salen a la luz datos reveladores. Miembros de Burla Negra así como Nunca Máis reciben ayudas de la Administración autonómica o trabajan directamente para ella, como publica ABC. La tela de araña de prebendas y nepotismos se extiende por Galicia como la misma mancha de fuel que, meses antes, inundó las costas. Las piezas del puzle del Prestige comienzan a engarzarse con facilidad. Recordemos las palabras del nefandario Antonio Carmona, diputado regional socialista que dijo esa sentencia que pasará a los anales de la indecencia política más fachendosa: “estamos sobrados de votos y, si hace falta, hundimos otro barco”. Blanco y con cáscara.
No obstante, en enero de 2008, la Abogacía del Estado defiende la actuación del Gobierno de José María Aznar desde los primeros días del aciago accidente, así como su respuesta inmediata que permitió a pescadores y mariscadores minimizar los costes de la marea negra. Del mismo pelaje le sale a la Xunta un informe encargado con el que busca enterrar bajo las ruinas del Prestige al Partido Popular. Sin embargo, el tiro le sale por la culata. La Xunta, en un nuevo banderazo de manipulación, se encarga de ocultarlo. Razones no le falta. Según el informe, expertos de la Universidad de Santiago de Compostela concluyen que la elección de alejar el buque lo máximo posible de las costas gallegas fue la más acertada, dando por inviables las planteadas por PSOE y BNG, ya que introducir un petrolero accidentado en la Ría de Concurión sería la opción más arriesgada, por su estrechez, bajo calado y dirección de las corrientes. Así, recuerda además el informe que la consultora Berenguer e Ibarren cifraba en un 97 por ciento la probabilidad de que el barco rompiera antes de llegar a la ensenada y su carga se dispersara. En cuanto a la magnitud de los daños, el informe rana de la Xunta recoge que el litoral gallego se ha recuperado al 98 por ciento, según el director del Instituto Oceanográfico de Vigo, lejos de los malos presagios de la lechigada socialista, que daba por perdida la recuperación de la costa. Huelga añadir también el punto económico, pues el PIB gallego de 2002 creció un 2,2 por ciento, frente al 2,3 de 2003. Del mismo modo, concluye el informe que la gestión económica institucional fue la faceta más acertada, ya que la reparación de daños mediante ayudas fue prácticamente inmediata. Queda de esta manera patente la probidad de la gestión del Gobierno de Aznar.
Y los cangilones de la noria siguen girando. Ayer, 20 de Marzo de 2009, el Juzgado número 1 de Concurión concluía la instrucción del Sumario del Caso Prestige, según el cual sobresee la imputación del otrora director de la Marina Mercante, José Luis López-Sors. Por lo tanto, no atribuye ningún delito a Fomento. Suma y sigue.
Queda pues demostrada la alta felonía que, tanto los altos cargos regionales socialistas y nacionalistas como la cáfila de mentecatos que buscó durante tantos años la tergiversación más insidiosa de los hechos, cometieron para alcanzar sus fines. No hubo reparo alguno en mediar con acciones y palabras de la más baja ralea. Lejos de la confusión inocente como error intelectual, cabe atribuirles una manipulación consciente y deliberada. Que ha habido dolo en sus acciones es una evidencia palmaria, a la luz de los hechos constatados.
Vaya, así, este post dedicado a todos aquellos que, desde los primeros instantes, dedicaron todas sus fuerzas a la más infame manipulación. A todos aquellos ciudadanos que, sin escrúpulos y con toda la maledicencia que quepa en sus pechos, trataron de satanizar a la otra media España utilizando como valor probatorio, única y exclusivamente, su fe ciega en los prebostes socialistas y nacionalistas. A todos los pobres diablos que se echaron el hacha a las espaldas para hacer leña del árbol caído, en especial, la plataforma Nunca Máis. Vaya para ellos el mayor de nuestros desprecios. Amén.
Coda: En este mundo, la mentira te hará llegar muy lejos, pero nunca te permitirá volver atrás.
7 comentarios:
Pues aún así, y a pesar de la Sentencia de la jueza de Corcubión,insisten en la infamia,la mentira y las más rastreras maniobras.
El secretario de Medio Ambiente y Medio Rural del PSOE, Hugo Morán, ha dicho al PP que "debe" a los españoles la asunción de responsabilidades políticas por la "mala gestión" del accidente. Los procesos judiciales son para "dirimir las responsabilidades civiles y penales, no para convertirse en disculpa de quienes pretenden lavar sus conciencias y eludir responsabilidades políticas".
Toma ya.
Y se queda tan a gusto instalado en la manipulación y la hez.
No tienen remedio,Samuel.
Llevan la infamia y la mentira en el ADN.
Sobre este tema, me gustaría comentar lo siguiente, antes de nada señalar que no soy científica y voy a decir "lo que yo veo". A los seis meses del desastre del prestige, las playas y costas estaban bastante limpias, al año, sólo había pequeñas pintitas que a lo mejor pisabas de fuel. a los 2, 3, 4 años...ni rastro.
hace ya 4 años, cuando ganó el psoe en Galicia, se quemaron todos los bosques. Ha pasado todo este tiempo y los "bosques" dan pena, siguen sin existir.
Pero esto...está más que olvidado, haquí no hubo una campaña de la izquierda llena de mentiras....
saludos
jimena
Aquella fue la primera gran causa en la que se enroló la izquierda para derribar al PP de Aznar. Ya entonces creo que quedó demostrado que se hizo lo que se pudo, y para decirlo no hacen falta sentencias. Fue un desagradable accidente, pero la respuesta fue la debida. Sin embargo, como bien dices, falló la comunicación y las hordas hicieron bien su trabajo. Eso unido a los "hilillos de plastilina" y a algún detalle más supuso material de derribo contra Aznar desde entonces hasta hoy. Gracias por intentar desmontar las mentiras al respecto, aunque los mentirosos nunca las van a reconocer.
Cuando comenzarás a escribir un nuevo artículo...?, ahora tiene buen material con Pepiño de ministro.
En aquella época quise irme a ayudar a los gallegos, y me encontré con que todas las iniciativas eran organizadas por ciudadanos o por los ayuntamientos afectados. no encontré ninguna medida del gobierno central. Y el ejercito no acudió hasta mucho tiempo después. Y Aznar diciendo que había que apechugar y coger la pala. ¿esto es gestionar bien la crisis?
Por otro lado, estoy completamente de acuerdo en que una cosa son los cargos penales, y otra los políticos: que un cargo público no haya cometido un delito no significa que no haya defraudado a los ciudadanos, y por lo tanto, cometido un delito político y debiera responder ante ellos.
A Lino:
Admito tu apreciación, pero no la comparto obviamente. Esto me recuerda a las confabulaciones del tipo "el hombre no pisó jamás la Luna". Por lo que que puedo ver, sólo centras tu apreciación de los hechos en el apartado de la limpieza. La gestión del accidente comienza desde el mismo 13 de Noviembre. El hecho de alejar el petrolero lo máximo posible ya es una medida del Gobierno central, ése al que le desmochas todo mérito.
Hemos llegado a un nivel de intoxicación informativa por el cual se desprecian u ocultan las acciones realizadas por el ejecutivo y se sobredimensionan aquellas otras donde éste ha mostrado una mayor laxitud. No obstante -y le pese a quien le pese- los hechos son los hechos. Y los informes oportunos así lo acreditan. Sobre todo en cuanto a los aspectos medio ambientales y económicos.
En cuanto al segundo apartado de tu exposición, me ha resultado bastante cómico. Es algo así como buscar la manera de culpar al Gobierno de Aznar sí o sí. Utilizas para referirte a ello el delito político. Hasta ahora pensaba que el delito político es aquel que afecta a la seguridad del Estado, y no ese que, simplemente, decepciona a un grupo de ciudadanos. ¿Cómo se responde ante ese supuesto delito político? ¿Dimitiendo? Por esa regla de tres simple, todo político siempre defrauda a un buen número de ciudadanos. ¿Debieran dimitir también? ¿Sería saludable entonces entrar en un círculo vicioso de dimisiones siempre que un grupo de ciudadanos -con razón o sin ella- discrepara? No me parece serio, la verdad.
Un saludo.
samueldl:
Yo le «desmocho» al gobierno central, aquello que veo en lo que ha tenido negligencia. La he explicado y no la has desmentido. No se si lo acertado era alejar o acercar el petrolero a al costa, lo que si se es que ocurrió que kilómetros de cosa resultaron afectadas como bien se conoce. Y a partir de ahí, no hubo apenas movilización y además, que «había que apechugar», dicho no sin cierta prepotencia. Gestionar la crisis no es tomar una sola decisión, que además, no está claro que fuera acertada. Pero como te decía, si hubo alguna otra me gustaría saber cuál fue, ya que en su día no la puede encontrar.
Que tras el esfuerzo de miles de ciudadanos la costa finalmente se haya recuperado, y que el grupo que mencionas haya hecho un uso político del tema, no lo niego, ni he pretendido hacerlo, pero tampoco hay que ocultar sobre todo, ciertos gestos de desprecio a los ciudadanos, que, como es lógico, grupos políticos contrarios supieron aprovechar. Pero esto no es culpa mía, es culpa de quien no supo gestionar bien una crisis política y de representatividad.
El segundo apartado de mi exposición es eso, otro apartado. Pero, claro, Aznar tendrá la culpa si o si, si la tuvo en lo que la tuvo, no en lo que el quiera no tenerla.
Resulta tremendamente significativo que te resulte cómico, que los ciudadanos pretendan que sus representantes cumplan su función, es un sistema político llamado DEMOCRACIA. No se si lo conoces. El funcionamiento no es exactamente como dices, pero si, si un número suficiente de ciudadanos está en desacuerdo con la labor de su representante, este tiene la obligación democrática de dimitir. Y si, independientemente de si tiene la razón o no, ya que eso no se está evaluando, y además no se debe hacer, ya nadie está en posesión de la verdad. Pero por eso precisamente se invento la democracia, para no tener que aguantar los errores y la prepotencia de uno solo, y porque, equivocados o no, los que sufren las acciones de sus representantes pagados con su propio dinero, son los ciudadanos. Esos son en definitiva, los que tienen la soberanía y son por lo tanto, los que tienen que mandar esten equivocados o no. No se si me he explicado.
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