"No quiero prohibir al gobierno que haga nada, excepto impedir que los demás hagan algo que podrían hacer mejor que él". Friedrich A. Hayek
viernes, 12 de enero de 2007
¡POR EL TERRORISMO!. HASTA LA VICTORIA...
Consabido es en todo el orbe la necesidad de creer con fe ciega en la supuesta liberación del pueblo palestino para así recalar en los estratos superiores de la alta alcurnia progresista. Para ello no importa lo más mínimo tener un ápice de conocimiento histórico objetivo. Lo verdaderamente trascendente es caminar por el derrocadero -con pasito quedo y al son de los balidos- junto al resto de la rebañega, para así, a la sombra de la providencia, alcanzar ese estatus de superioridad moral.
Para estos corderitos con piel de lobo –y camiseta del Ché-, su ventana de información más diafana es la televisión: medio fidedigno, para nada de corte marxista y, por extensión, antiamericano, como dicen las malas lenguas. Y es que claro, ¿para qué vamos a perder el tiempo abriéndonos a otras realidades cuando tenemos a nuestro pleno alcance una televisión completamente apolítica?.
De no ser por ella, nadie habría tenido constancia del famoso genocidio de Jenín: "holocausto palestino" en el que –paradójicamente- murieron más israelitas que palestinos y que, por añadidura, tuvo que ser desmentido como tal incluso por la mismísima ONU; o de esas imágenes en las que invisibles (invisible: que no puede ser percibido por el sentido de la vista) hordas de soldados israelíes sedientos de sangre y armados hasta las trancas, arrasan a empellones el milenario estado palestino, víctima de una ignominia sin precedentes; o de los campos de refugiados palestinos de Chatila y Sabra, donde no fueron precisamente los judíos los que descargaron sus fusiles…
Sí, así se las gastan los medios "pro terrorismo" cuando se trata de manipular a la población con fines políticos. Pero digámoslo en sordina, no nos vayan a tachar de fascistas y...
Así pues, el ludibrio al que someten constantemente al pueblo palestino tiene que ser repesado mediante más violencia, como defienden altos dirigentes –y negligentes- de la democracia parlamentaria europea. Por ello, las cáfilas de insidiosos palestinos que a diario vemos montar en cólera ante el descarado latrocinio geográfico lanzado en nombre del sionismo, están perfectamente justificadas y purgadas de todo pecado. Y no sólo eso, sino que los medios informativos, en connivencia con la OLP, la ONU –perejil de todas las salsas- y, como no, -por analogía y sintonía- las beatíficas ONG’s, sienten latir en su fuero interno la imperiosa necesidad de mostrar al mundo la verdadera cara de la satanización yanki, en nombre de la justicia, la libertad y la verdad. ¡Quia!
Porque no nos engañemos: nadie señalaría a Israel con el ceño fruncido y echando espuma blanca por la boca si éste no recibiera el apoyo norteamericano. De hecho, nadie alzó la voz y se tiró a la calle a manifestarse por la ocupación egipcia de la franja de Gaza, por ejemplo. Pero si lo tocan los judíos los polos se invierten y…las calles humean.
Pero que no nos sorprenda: comunismo, Lenin, Ché, Fidel, Ho Chi Ming, Mao...Tantos y tantos terroristas sanguinarios y sádicos han sido -y son- defendidos por la jet-set izquierdista que, naturalmente, los guerrilleros palestinos no podían ser excepción.
Desgranemos aún más el asunto...
El despendole de la tramoya palestina fue emitido por la cadena CBS. En el video –de lo más estrambótico- se ilustran perfectamente las enredosas pastrijas que sacan a colación nuestros queridos programas informativos. Sin irnos por las ramas: infinitos casos de jóvenes terroristas arafatianos fingiendo ser disparados por el ejército israelí, quedando "al desnudo" en la siguiente secuencia, en la que se puede ver cómo en este caso coloca su mano en la pierna contraria a la que se suponía que había tenido lugar el trágico disparo. No se puede pasar por alto la evidencia del montaje cuando aparecen las ambulancias y los cámaras ipso facto. Pero tranquilos, que si les sabe a poco…traigo en la aljaba más y mejores nuevas. Por ejemplo: un edificio vacío al que le dan el sentido de estar repleto de soldados israelíes –para eso están los actores y los extras-, es rodeado por una muchedumbre armada, hasta que, de repente, uno de los radicales palestinos lo asalta al más puro estilo Rambo, entrando a matacaballo y fusilando a todo aquello que se mueva ante sus delirantes ojos. Sobra decir que lo máximo que pudo conseguir fue levantar una humareda de polvo en el tísico edificio.
Pero el clímax del documento lo encontramos cuando, en medio de una de esas carreras funerarias tan famosas en las que el mártir es llevado a hombros por un rebaño de terroristas que se deshacen en alaridos, el supuesto fallecido –nótese el adjetivo supuesto- cae de la caja cuando escuchan disparos ultramontanos y salen despavoridos. Pasado el peligro, sencillamente, vuelven a colocar al actor en su cajita y ¡ale!, a vendernos la burra a las occidentales.
Esta es la mendaz realidad que se masca en oriente medio, tan postiza como sus circenses orígenes, y que apoyan nuestros radicales izquierdistas defensores de la paz, tan ternes en su postura como ciegos. No estaría de más un poco de información real sobre la historia en Oriente Medio para dejar de convertir a los palestinos en carne de grey.
La ignorancia...el nuevo opio del pueblo.
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2 comentarios:
Como si no te hubieras puesto nunca una camiseta del che, como si nunca hubieras tenido entre tus manos una bandera del che, como si nunca hubieras contribuido tú igual que yo, igual quje todos, a sufragar la imagen que se tiene de él
Estimado anónimo, siento decirle -o decirte más bien- que el Ché, precisamente por el hecho de haber sabido siempre de su verdadera historia, nunca ha sido un personaje que me haya causado simpatía alguna; más bien lo he detestado. Creí en el anarcocolectivismo en mis tiempos de escarlatina o -como diriía Lenin- de esa enfermedad infantil llamada izquierdismo, sí; y por eso, precisamente por eso, he saltado a tiempo. Aún así, jamás he llevado una camiseta del Ché, ni bandera alguna; jamás he creído en la Revolución y mucho menos en la revolución armada; jamás he creído en un movimiento radical y jamás he movido un solo dedo por Palestina. Así que te dejo a ti solo sufragando esa imagen tan sana de vuestro querido Ché que has intentado adscribirme gratuitamente.
Saludos, guerriller@
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