martes, 29 de junio de 2010

VERDE QUE TE QUIERO VERDE...



El 16 de Junio, el Instituto Juan de Mariana recibió un paquete remitido por la empresa solar Termotechnic. El destinatario, en este caso, se trataba del presidente del IJM, Gabriel Calzada. En dicho paquete se hallaron dos objetos metálicos, un filtro de gasoil y una pieza metálica con rosca que se adaptaba al filtro. Tanto Gabriel Calzada como Lorenzo Ramírez, así como el agente de seguridad, lo tomaron como una suerte de amenaza ramplona. Al tiempo, el propio Calzada se puso en contacto con Pedro Gil, presidente de la empresa Termotechnic, ante lo cual expuso éste último que lo único que le había enviado fue un informe sobre las energías renovables. Y es que Gabriel Calzada, doctor en economía, profesor de la Universidad Rey Juan Carlos, columnista de Libertad Digital y Expansión, así como Presidente del Instituto Juan de Mariana, se ha convertido en el ariete, la bestia negra, el paladín que con su espada de números y cifras deja sin cabezas a ecologistas y defensores de las renovables allá donde se preste. Así, lideró una investigación que concluía que cada megavatio verde instalado destruye 5,3 puestos de trabajo o que cada empleo verde creado se esconde tras el burka de los 570.000 euros de subvención que necesita para ponerse en pie. Datos que corrieron como la pólvora de las culebrinas, hasta tal punto que el Senado de Estados Unidos reclamó su presencia para exponer el informe sobre las consecuencias del modelo español de energías renovables subsidiadas. Además, participó en programas de CNN y FoxNews después de que The Economist y The World Street Journal cayeran de hinojos ante sus estudios.

Sin embargo, más de uno quisiera ver a Calzada pasado por la parrilla del martirio de San Lorenzo, como es el caso de Público o todos esos participantes de una de las conferencias internacionales de la Comisión Europea que amenazaron con no participar si el economista no era retirado del programa. Y es que el cambio climático, en general, y las energías renovables, en particular, se han convertido en el nuevo Becerro de oro de occidente ante el cual hay que mantener una postura casi reverencial si no se quiere cruzar el peaje que conduce a los herejes al mundo de los apestados.

Todo ello con el eco del Climagate aún chocando contra las paredes, o esas voces críticas con la teoría del calentamiento global que se multiplican como los lirios en primavera, como es el caso de la plataforma de 150 científicos que negaron esas supuestas evidencias empíricas que dicen probar la existencia de un origen antropogénico del calentamiento de la Tierra, o los más de 700 científicos contrarios a la teoría oficial de la ONU que contabiliza el Comité de Medio Ambiente del Senado de los Estados Unidos. No obstante, en la España de Quijotes y Sanchos, el alud de las energías renovables sigue barriendo del mapa cualquier posibilidad de disensión o debate científico. Al contrario, los programas de subvenciones y ayudas a la causa crecen sin parar como una bola de nieve montaña abajo, como prueban los 6.000 millones de euros destinados al desarrollo de las energías verdes y que ahora han de ser amortiguados con el colchón de la factura de la luz. Resulta que, a veces, por querer hacer el bien y correr una suerte de San Francisco de Asís termina uno metiéndose en el pellejo de Mefistófeles.

Con estas cartas sobre la mesa, parece incluso de esperar que todos aquellos involucrados en el negocio de las energías renovables recurran a todo tipo de malabarismos y mañas de trileros a fin de seguir haciendo sus Américas a costa del contribuyente y la engañifa ecologista. Y no sólo cabe mencionar la baladronada de Termotechnic, sino que los hay que se pasean con los pies desnudos sobre el filo de la navaja jugándose el tipo por llenar las galeras de oro. Como destapara El Mundo hace escasos dos meses, existen plantas solares en Andalucía, Canarias y Castilla-La Mancha en las cuales han descubierto que entre Noviembre de 2009 y Enero de 2010 produjeron energía solar entre medianoche y las siete de la mañana. Es decir, les pillaron con el carrito del helado. ¡Plantas solares que producían de noche! ¿El truco? Grupos electrógenos alimentados con gasoil. Un generador trabajando a toda máquina durante la noche para, por arte de birlibirloque, plantarla en el sistema eléctrico como energía limpia. De esta manera, se produjeron cerca de 6.000 megavatios piratas que reportaron unos 2,6 millones de euros en concepto de primas. Todo ello cuando el sector de la energía solar no aporta más del 2% del total de la energía generada en España. No obstante, el sector de los malandrines solares se llevó bajo el brazo en 2009 unas primas por valor de 2.300 millones de euros. La gallina de los huevos de oro. Qué digo gallina, avestruz.

Todo ello con una energía solar que, a la luz del candil de los hechos demostrados, no es tan limpia ni mucho menos tan barata como predican los alguaciles del Gobierno y grupos ecologistas. Tal es así que el proceso de fabricación de un panel fotovoltaico, además de ser un proceso demasiado contaminante, requiere casi tanta energía como la que generará en toda su vida operativa. Y es que pretender explotar una energía que fuera desarrollada casi exclusivamente para satélites y hacerla extensible al mundo real aun sabiendo de su ineficacia, sólo puede justificarse desde puntos de vista puramente ideológicos y pasionales. Seguir jugando a meter los dedos en el enchufe. De esta forma, según estimaciones aproximadas, está previsto pagar del orden de 19.000 millones de euros en las próximas décadas en concepto de subvenciones a una energía que se ha demostrado altamente ineficiente. Una cifra que supera al Plan Marshall que saneó a la Europa de posguerra.

Pero no todo se queda en la energía solar. Igual suerte o peor corren los biocombustibles. Ahora que en Europa nos lanzamos a imitar el movimiento pro alcohol del Brasil de los setenta, es el momento de poner sobre la balanza algunas de las consecuencias del mismo. El daño que los biocombustibles están causando a la agricultura en general comienza a columbrarse. En Estados Unidos –también en el tren del esnobismo verde– no sólo se obliga a mantener unas cotas de producción de maíz destinadas a la producción de biocombustibles en perjuicio de otros cultivos alimenticios, provocando un aumento de precio sobre los segundos, sino que además comienza a importar gran parte del cereal para mantener sus mínimos de producción de biocarburantes establecidos por Ley. Según estudios del Cato Institute, para que el etanol pudiera competir con la gasolina se necesitaría casi la totalidad del terreno cultivable del país –un 20% de la totalidad del Estado–. De igual ocurre en Europa, donde bajo los auspicios de la Directiva sobre la calidad de los combustibles se está rebajado la sobrexplotación de ciertos cultivos productores de material excedente para, así, bajo un régimen de concesiones de primas destinarlos al desarrollo de cultivos en los nuevos Estados miembros que incrementen y cumplan las cuotas mínimas de producción de materias destinadas a los biocombustibles. La amnesia, ese mal endémico de Occidente. Parece que hemos olvidado las consecuencias de bloquear un proceso de economía de mercado libre y abrazar una regulación sobredimensionada.

Pero no todo queda ahí. Ocurre que los biocombustibles, al igual que otras energías verdes, ni son tan limpios ni tan baratos. En el caso del etanol E-10, menos de un 25% es renovable, además de reducir tan sólo un 5% las emisiones de gases invernaderos. Además, en su producción, el consumo de petróleo es un 30% mayor que la energía que genera, por lo que consume más de lo que produce. Según la Universidad de Cornell y California, cada galón de etanol contiene 76.000 BTUs (unidades térmicas) producidos a partir de 98.000 BTUs. La gasolina, por su parte, genera 116.000 BTUs, mientras que en su producción se destinan 22.000 BTUs.

El fin, una vez más, parece verse a leguas. La manida guerra contra las centrales nucleares y las petroleras. Una energía nuclear que se ha demostrado ser más limpia y más barata. Y unos campos petrolíferos intocables por culpa de la presión ecologista. Es el caso de Alaska, en el que se ha dado por imposible explotar unas reservas que podrían dar 10.000 millones de barriles de petróleo y que por culpa de las leyes ambientales venteadas por los grupos ecologistas ha sido negada su explotación. Todo ello sabiendo cuáles son las consecuencias de limitar la oferta… Si lo metemos en la ensaladera y aliñamos con otros casos como los de Venezuela en los que tras apoderarse de la italiana ENI y despedir a veinte mil técnicos especialistas en explotaciones a fin de conceder prerrogativas a sus compatriotas, y por lo cual se sucedieron los desastres e incendios disminuyendo nuevamente la oferta de las explotaciones petroleras, blanco y con cáscara. Un lastre que lleva consigo el hecho de que el 77% de las explotaciones petroleras del mundo pertenecen a empresas estatales, mucho más ineficientes y herméticas. Conviene apuntillar también que, según el Consejo Nacional de Petróleo de los Estados Unidos, existe suficiente petróleo en el mundo como para tener que buscar compensaciones más caras –y para más inri, financiadas con el dinero del contribuyente–, más contaminantes, y menos rentables. El gran problema son nuevamente los grupos de presión y sus políticas anti-energéticas que impiden la explotación de sitios protegidos. Y a darle palitos a la mula...

En el Antiguo Egipto se extendieron las plañideras, mujeres que eran contratadas para llorar en los funerales de las personalidades importantes a fin de poner de relieve la importancia en vida del finado. Recogían sus lágrimas en un vaso que posteriormente era depositado en una urna junto al difunto, además de rasgarse las vestiduras y arrancar sus cabellos. Otras llegaban al extremo de arañar sus rostros hasta ensangrentarlos para darle mayor dramatismo a la escena. Todo ello a fin de conseguir unos ochavos. Pues bien, parece que la figura de la plañidera comienza a reproducirse en nuestros días. Miles de ecologistas que se rasgan las vestiduras mientras lloran a una Madre Tierra que dicen proteger y que, a fin de cuentas, terminan desestabilizando aún más. Pura pantomima. El dinero –ese sí– mueve montañas...

Coda: ¿Teoría oficial? ¿Verdad incuestionable? Copy & Paste:

Ivar Giaever, Premio Nobel de Física: "Soy un escéptico [...] El calentamiento global se ha convertido en una nueva religión".

Kiminori Itoh, ex miembro del IPCC: el temor infundado sobre el calentamiento global es el "peor escándalo científico en la historia [...] Cuando la gente llegue a conocer cuál es la verdad, se sentirán engañados por la ciencia y los científicos".

Joanne Simpson, la primera mujer en el mundo en recibir un doctorado en meteorología, ex miembro de la NASA, autora de más de 190 estudios y reconocida como una de las científicas más prominentes de los últimos 100 años: "Dado que ya no estoy afiliada a ninguna organización ni recibo ningún tipo de financiación puedo hablar francamente [...] Como científica me mantengo escéptica [...] La afirmación de que la emisión de gases de efecto invernadero por parte del hombre es la causa del calentamiento está basada casi exclusivamente en modelos climáticos". "Todos conocemos la fragilidad de estos modelos".

Víctor Manuel Velasco Herrera, investigador del Instituto de Geofísica de la Universidad de México: "Los modelos y pronósticos del IPCC de la ONU son incorrectos porque solamente están basados en modelos matemáticos y presentan resultados en escenarios que no incluyen, por ejemplo, la actividad solar".

Geoffrey G. Duffy, profesor en el Departamento de Ingeniería Química de la Universidad de Auckland (Nueva Zelanda): "Incluso duplicando o triplicando la cantidad de dióxido de carbono tendría un impacto mínimo" sobre el aumento de temperaturas en comparación con la influencia de la concentración de vapor de agua en la atmósfera.

Moonwalker Jack Schmitt, astronauta premiado por la NASA, perteneciente al Servicio Geológico de Noruega y de EEUU: "El pánico al calentamiento global está siendo utilizado como una herramienta política para aumentar el control gubernamental sobre la vida de los estadounidenses".

Richard Keen, del Departamento de Ciencias Atmosféricas y Oceánicas de la Universidad de Colorado: "La Tierra se ha enfriado desde 1998, en contra de lo previsto por el IPCC".

LeBlanc Smith, ex director del Centro de Investigación Científica de la Commonwealthde Australia: "¿Cuándo despertará la sociedad de este engaño colectivo?".

miércoles, 23 de junio de 2010

HISTORIAS PARA NO DORMIR


Honesty is the best policy, reza el adagio anglosajón. Una honestidad que en nuestro país cabría trocar por la mentira o similar. En nuestro país y todo aquel en el que el alelo soviético esté claramente marcado como dominante. Y es que de casta le viene al galgo. Fue precisamente Lenin quien rebozó la utilidad de la mentira como arma revolucionaria. De ahí que los unos emanen del terror revolucionario de la Revolución Francesa, sangrienta y cruda como una matanza de marranos; y los otros se desprendan como una cascara seca de La Gloriosa de 1688, cuya nota dominante del Ordenamiento de la Revolución fue la libertad personal bajo el paraguas de la ley. Así, mientras que en la una pasaban por el cadalso a tirios y troyanos, capuletos y montescos, en la otra se entibaban leyes de Tolerancia, Sedición, abolición de la censura, etc., permitiéndoles vivir en paz consigo mismos hasta nuestros días. Todo ello dejando más que en evidencia que la concordancia, la libertad y el respeto a la ley dan más garantías de supervivencia que la imposición de una mitad sobre la otra. Matemática pura.

Sin embargo, la herencia del terror perdura hasta día de hoy. Veinte artistas –o abajofirmantes– y veinte familiares de víctimas leyeron el pasado domingo en el cementerio de la Almudena los nombres de mil quinientos fusilados durante el franquismo. Pilar Bardem, Miguel Ríos, Álvaro de Luna y Marcos Ana entre otros corrieron esa suerte de Linces de la República, como se le conoció a la fuerza de asalto de Azaña. Fue Marcos Ana quien criticó sin despeinarse y sin que se le cayeran los anillos que ningún miembro del Ejecutivo estuviera presente en el acto, ya que "si hubiese cumplido con su deber con la memoria histórica, no seguiría perdurando la memoria de los vencedores". Ahí les duele. La memoria de los vencedores, dice el artista. Es decir, la memoria del franquismo y, por añadidura, la memoria de una posterior democracia. Una democracia de la que siempre huyeron socialistas de toda laya. ¿Acaso no escupieron pestes sobre la misma democracia Largo Caballero y Prieto al tiempo que caían de hinojos ante un posible plan Kerensky a la española con el que instaurar la Dictadura del Proletariado? Dictadura, sí. Una dictadura con todos los mimbres de ser más sangrienta que la franquista, como bien dejaron entrever durante la República. Y es que solamente la seráfica checa de Madrid acabó con doce mil almas. Tan celestiales como aquellos que acometieron los cinco mil fusilamientos de Paracuellos. ¿Tuvieron acaso más garantías jurídicas que estos otros fusilados por los nacionales que ahora lloran los artistas en el video de Azucena Rodríguez y en el cementerio de la Almudena? ¿Es que los paseos llevados a cabo por los milicianos del Frente Popular al más puro estilo gánsteres de Chicago en plena Ley Seca gozaron de un mayor marco de legalidad? Obviamente, no. No obstante, los hay todavía que se adhieren –de igual que la sanguijuela se agarra a la piel– a la infecta idea de que existen dictaduras buenas y dictaduras malas, como ya señalara Revel. De nada tiene en cuenta el jabardillo de avispas progresistas el odio de clases instaurado durante la República por el Frente Popular, así como las persecuciones religiosas realizadas y cuyo precedente más cercano se halla en la persecución de los cristianos llevada a cabo por Diocleciano. Todo muy legítimo y democrático. Muy soviético.

Así, de igual que los peces se mantienen a flote gracias a la vejiga natatoria, para estos artistas que ni pincharon ni cortaron durante la República –ni mucho menos durante el franquismo– existe una suerte de vesícula escondida que les hace sacar a flote sus deseos e invenciones particulares a fin de crear una nueva historia de España que se ajuste a sus quimeras personales de manual. Un antifranquismo de chichinabo que representa mejor que nadie Pedro Almodóvar. Como escribiera en un brillante artículo en LD José García Domínguez titulado "Yo, Pedro Almodóvar" cuando falleció Franco contaba ya con sus veintiséis años bien cumplidos, y mientras que muchos de esos fachas retrógrados como el propio José García, Jiménez Losantos, Sánchez Dragó, Díaz Herrera, Escohotado y un larguísimo etcétera se jugaban su propia libertad luchando en el PCE-PSUC, PSP, CNT y demás potajes marxistas, Almodóvar «se enroló en las heroicas milicias nocturnas del J&B». Todo un luchador. Y comprometido además. Un franquismo que encuentra más simetrías con el Gobierno de Zapatero que con los trogloditas del PP, que diría Pepiño. Simetrías entre el Plan Badajoz y los planes de sostenibilidad y demás tómbolas de Zapatero; simetrías entre el Instituto Nacional de la Vivienda de Franco y el Ministerio de la Vivienda actual; simetrías entre la paga de junio o paga del 16 de julio llamada anteriormente con la que Franco celebraba el día del Alzamiento Nacional –herencia franquista que ningún defensor de la Memoria Histórica se atreve a rozar– y los cuatrocientos euros de Zapatero; simetrías entre la admiración compartida por Fidel Castro, hasta tal punto que Fidel decretó tres días de luto oficial a la muerte del General Franco, dada la protección que le brindó a Cuba durante el embargo norteamericano; simetrías entre el afán personalista que Franco abanderó durante todo su mandato de igual manera que el propio Zapatero gobierna de acuerdo a la voz de su conciencia; simetrías entre el gusto por la protección social de Franco, quien creara la Seguridad Social, y Zapatero, experto en cubrir todo aquello cuanto toque con la laca de lo social; y simetrías, ante todo, entre el autoritarismo de ambos dirigentes, pues no conviene olvidar que Franco fue autoritario, no totalitario. Tal es así que, como denunciara Solzhenitsin a su paso por España, no cabía en su concepción de dictadura totalitaria que en los kioscos se encontrara prensa de todo el mundo, al igual que se pudieran realizar fotocopias en las imprentas. Detallitos impensables en su Unión Soviética. Unas simetrías, en definitiva, que no hacen más que dar la razón a Esperanza Aguirre cuando declamó en el programa 59 segundos que Franco era bastante socialista.

Pero la claque progre, imbuida más por sus deseos personales que por la mera objetividad, dedica sus letanías a desmochar a un supuesto genocida procapitalista como Franco mientras que abrazan una República que, según su versión, nos trajo la democracia actual sobre la que se levantan los pilares de la libertad y la Ley como eje radial de la sociedad. Ignoran el intento de Golpe de Estado llevado a cabo por frentepopulistas en octubre de 1934 al abrigo de la Unión Soviética, siempre al tanto de lo que acontecía en España, hasta tal punto que el posterior bombardeo del aeródromo de Tablada fue realizado por un escuadrón de aviones Katiuskas comandados directamente por los soviéticos, por no mencionar la decena de buques soviéticos que nutrían de combustible y armamento al Frente Popular comenzada la guerra; o el asesinato de Calvo Sotelo a manos de la guardia personal de Prieto y que desencadenaría la Guerra como él mismo comunicara al Ministro de la Gobernación; o las baladronadas del socialista González Peña, quien declamaría que la Revolución de Asturias habría fallado por una supuesta «juridicidad» que la empañó y por lo cual exigía para la próxima Revolución un grupo de las cuestiones previas encargado de sanear los edificios públicos a fin de quitar la mala hierba; o las palabras de Enrique Castro Delgado, que impuso la fórmula de «matar, matar y matar, para después construir el socialismo»; o aquellas otras de Andreu Nin sosteniendo que la clase trabajadora no tenía las armas en la mano para defender una República democrática, dejando entrever así su pasión por la Dictadura del Proletariado. Y así, todo un rosario interminable de barrabasadas.

Ocurre, sin embargo, que cuando se altera la paz de los muertos de uno solo de los bandos que participaron durante una guerra civil, los del otro patalean, se revuelven bajo la tierra y reclaman su lugar en la historia. Así las cosas, raya lo evidente que en ambos bandos se cometieron atrocidades. Unas atrocidades que los artistas de la ceja parecen ignorar u ocultar conscientemente, y a las que José María Zabala le dedica cuatrocientas páginas en su libro titulado Los horrores de la Guerra Civil, en el que se cuentan testimonios que van desde el sadismo con el que algunos cadáveres de religiosos descuartizados eran arrojados como alimento a una piara de cincuenta cerdos, a aquel otro en el que un carcelero, tras ofrecerle todo un banquete de carnes a un preso, le espeta al finalizar el almuerzo que se acababa de comer a su propio hijo. Testimonios que bien cabrían en uno de esos videos tan del gusto de los artistas. Sin embargo, cuando la historia se basa más en deseos personales que en hechos, ocurre que la mentira se desenmascara y despierta la verdad, buscando ésta vías de escape como el agua busca el río. Y ocurre también que mientras unos se dejan arrastrar por el odio más cainita, los otros perdonan, como es el caso de Alfonso Ussía y los tantos familiares que se dejaron ver en La Razón.

En este punto al que tratan de conducirnos de nuevo los revisionistas a traves de un carril unidireccional, conviene recordar las palabras de Ortega y Gasset –republicano asqueado de ese mismo sectarismo que ahora enarbolan los artistas y por el que abandonó la causa republicana junto a Marañón y Pérez de Ayala– con las que zanjó un debate sobre cuál de los dos bandos había sido más sangriento: «Mire usted, cuando se llega a lo métrico decimal, mal asunto», replicó.

viernes, 11 de junio de 2010

A LA VUELTA CON LAMARCK

La Academia de las Ciencias de la Unión Soviética fue una imponente cocina donde sus chefs daban lustre a la especialidad de añadir agua a la sopa. No importaba el plato en sí, sino la cantidad de los mismos que pudieran ser presentados. Todo bajo la férula de los jefes soviéticos. Es decir: la ciencia hecha ideología. La prostitución misma. A diferencia de los Estados Unidos y su modelo de universidades, los soviéticos no lucharon por acercar el hombre a la ciencia, de igual que la polilla busca el fuego, sino que trataron de traer la ciencia al hombre. Y así, horma en mano, hacer unos zapatos a la medida. Y es que la obsesión comunista por hallar la Piedra de Roseta a partir de la cual poder extraer las claves del súper hombre ya la demostró el mismísimo Trotsky, quien aseguró que en la sociedad socialista, «el hombre medio llegaría a igualarse a un Aristóteles, un Goethe o un Marx. Y, por encima de tales cumbres, se alzarían otras aún mayores». Tal es así que no dudaron en aferrarse incluso al Lamarckismo y su teoría de la herencia de los caracteres adquiridos. La evidencia más palmaria de esta violación de la Ciencia la llevó a cabo el biólogo y director de la Academia de las Ciencias Soviéticas, Trofim Lysenko. De él se dice a día de hoy que fue pura pseudociencia, literatura al cubo. Es más, se utiliza el término Lysenkoismo para denotar la sumisión de la Ciencia a la política. Algo tendrá el agua cuando la bendicen. Nos cuentan que durante un congreso oficial de la Academia de las Ciencias Soviéticas, Lysenko intervino como director defendiendo las tesis oficiales, llegando a declamar con ese aire profético que ventean los vendedores de humo que, «de tener la constancia de cortar las orejas de las vaquillas cuando nacen, generación tras generación, al cabo de un tiempo las vacas nacerían sin orejas». Pero como todo anverso tiene su reverso, desde el fondo de la sala se oyó la voz de un joven que preguntó: «Profesor Lysenko, de ser cierto que cortando las orejas de las vaquillas sistemáticamente, generación tras generación, éstas acabarían naciendo sin orejas, ¿cómo se explica que todas las jóvenes de la Unión Soviética sigan naciendo vírgenes?». El Rey ahogado, que se diría en el ajedrez. Desde entonces, la figura de Lysenko se fue desinflando como si de un globo de helio se tratara.

Modelo productivo social, plan de eficiencia energética, nueva conciencia social, cambios en el modelo financiero, son muchas de las consignas que repite hasta la nausea nuestro Lysenko leonés, Zapatero. Independientemente de que todas sus improvisaciones y martilladas de ideología se traduzcan en mayores tasas impositivas, mayor número de parados, mayor déficit en las cuentas públicas, mayor endeudamiento, mayor estampida de inversores, mayor número de empresas que se ven obligadas a pegar el cerrojazo, etc., Zapatero lo ve como un puente flotante que hay que cruzar a tientas, y que, una vez en la otra orilla, seremos más guapos, más fuertes, más altos y más inteligentes. Aunque más pobres… Pero ¡bah! Pecata minucia. Zapatero, en su laboratorio de alquimista, ha llegado a la conclusión de que cortando nuestras orejillas de lechón durante unos años y robando parte del oxígeno que respiramos a diario, llegaremos más pronto que tarde a vivir en una suerte de paraíso socialista donde todos correremos desnudos por inmensos verdales de hierba fresca y húmeda bajo un imponente cielo abierto y libre de CO2, alimentándonos de los frutos que da la madre Tierra y durmiendo al arrimo de una vieja higuera, cual pequeño Buda. Unos cuentan que lo vio en sueños, otros que se lo arrulló un Ángel; pero lo cierto es que ocurrirá. De verdad que sí.

Y es que en esas andamos, de cabeza a Altamira. ¿O es que la han restaurado por casualidad? Vivienda ecológica. Otra de las grandes apuestas del Doctor Zapatero. Por ello, hay que pasar por la horca a todos esos malvados especuladores que duermen al abrigo de la construcción. Para nada conviene tener en cuenta las muchas barrabasadas de la nueva Ley del Suelo de 2007 que establece la reserva de un 30% del suelo residencial de las nuevas construcciones para uso social; es decir: vivienda protegida. La gallina de los huevos de oro que todos quieren en su corral. O las modificaciones del nuevo código técnico de edificación que, lejos de ayudar a minimizar la hinchazón del precio de la vivienda, tiene el efecto contrario, pues sus muchas adiciones no hacen más que inflar el coste final. Por no hablar de los incrementos del IVA, Transmisiones Patrimoniales o Actos Jurídicos Documentados. Pero claro, las viviendas andan por las nubes por la avilantez de los malvados promotores que, para vender más, no hacen otra cosa que subir los precios. Puro cálculo económico.

También será Vick Vaporú sobre el pechito en las noches de duermevela en que la congestión no nos deja abrazar el sueño la próxima subida de la luz. Prueba de que la cadena soporta lo que resiste el eslabón más débil. Y como en este caso el eslabón más débil –el contribuyente– es dúctil y maleable, y además no rechista pues soporta muellemente todo tipo de carga impositiva, se le lastra con el peso del fuerte. Pura física. Analizaba ayer Gabriel Calzada en un artículo de Expansión.com las distintas razones de los sobrecostes actuales. Señalaba en su artículo cómo mientras en la UE el precio de la luz cayó un 1,5% durante el año pasado, en nuestro país éste se incrementó un 5,7%. Es más, indica que desde la llegada de Zapatero al Gobierno la luz se ha incrementado un 40% en hogares y un 80% en Industria. Las razones se hallan en el famoso déficit tarifario que durante 2009 se plantó en 15.000 millones de euros, más los 6.200 millones de euros que costaron las subvenciones a la energía renovable, la gran obsesión personal de Zapatero. Así las cosas, en abril de 2009, todo un visionario como el Ministro Sebastián, decretó que todos los peajes de accesos incluidos en la factura de la luz deberían recoger y reducir el déficit. Mientras tanto, la energía nuclear, más limpia y barata, ni mirarla. Gracias a ello seremos más guapos y fuertes. Merece la pena el intento.

No importa que Leire Pajín cobre 20.000 euros al mes del erario público; que España tenga la mayor flota de coches oficiales del mundo y Sevilla concretamente la mayor por metro cuadrado; que aumente el número de familias que no perciben ningún tipo de ingresos; que el 20% de la población esté por debajo del umbral de la pobreza o que una de cada tres familias no pueden afrontar gastos imprevistos según la encuesta Condiciones de Vida, del INE; o que los comedores de Cáritas se encuentren desbordados mientras que Interior despilfarra el dinero de esos mismos contribuyentes en lujos penitenciarios como ya denunciara la Agrupación de los Cuerpos de la Administración de Instituciones Penitenciarias, señalando que el Ministerio de Rubalcaba está bañando en oropeles a los presos con bicicletas de setecientos euros, televisores de plasma, pistas de pádel, piscinas, gimnasios que ya quisieran para sí muchos colegios de España, salidas a spas y casas rurales, así como restaurantes, excursiones a caballo y un sinfín de actividades destinadas al ocio de los reos.

Todo ello es parte del peaje que hay que pagar por el paso al paraíso socialista, la stairway to heaven. Y es que barco sin lastre no navega. Por mucho que nos corten las orejas, años mejores vendrán. Al final, como siempre, los extremos se rozan, igual que el rojo sangre y el rojo escarlata se funden en la paleta cromática. El Alter Ego de Zapatero, Lysenko, nos guía y conduce hacia ese mundo de Hansel y Gretel que, como bien sabemos todos, vivieron los súper hombres de la Unión Soviética gracias a una planificación científica que bajo ningún concepto acabó en cartillas de racionamiento y asesinatos masivos. Y es que ellos sí que dieron con la tecla. Ciencia exacta y política social.

Ahora que vamos despacio, vamos a contar mentiras tra la la…