sábado, 21 de marzo de 2009

¿NUNCA MAIS?

Violentas olas largas de hasta cuatro metros dejan crestas blancas a su paso. Un ruido sordo de rodamiento se convierte en estertor de la mar. Fuertes rociones se lanzan de cabeza sobre la cubierta del petrolero monocasco Prestige. Nivel 5 en la escala de Douglas. Mar gruesa. Es la tarde del día 13 de Noviembre de 2002. Más de 77.000 plúmbeas toneladas de fuel-oil soportan la zozobra del Atlántico, mientras el petrolero navega en dirección Sur, a unas 28 millas al Oeste de Fisterra. La escasa visibilidad hace más lóbrego aún si cabe el avance del buque fantasma. A las 15.10 horas, un ruido seco, bordoneo, deja su eco a bordo, tras lo que el barco, acto seguido y movido como por una mano ciclópea, deviene en una rápida escora a estribor. Cinco minutos más tarde, el Centro de Coordinación de Salvamento Marítimo recibe un S.O.S. Apostolos Mangouras, capitán a bordo del petrolero, sabe ya lo peor: un fuerte golpe ha abierto una grieta en el casco. A partir de ese momento, una serie de negociaciones comienzan a producirse entre el armador, el Gobierno español y las empresas de salvamento.

Juego de reproches, lluvia de responsabilidades y, ante todo, contrarreloj. Mangouras, terne en su postura desde el primer momento, propone conducir al petrolero hasta la ría de Vigo. Sus razones son diáfanas: 60 millones de euros en oro azabache que pueden caer en saco roto. José Luis López-Sors, director de la Marina Mercante por aquellas fechas, se mantiene recto: hay que alejar el petrolero lo máximo posible de la costa. Sus razones son más éticas y morales que materiales. Está en juego la salud ambiental. Así las cosas, López-Sors, al alimón con la empresa salvadora Smit Salvage, impone su criterio. A partir de las 2.00 horas de la madrugada del día 15, el personal de Smit Salvage pone sus cartas sobre la mesa, marcando el rumbo 330º, respetando así la distancia de alejamiento impuesta por las autoridades españolas.

Tres días más tarde, el 18 de Noviembre a las 8.00 de la mañana, sucede lo peor. Un terremoto sacude cada milímetro de la herrumbre del barco. Las puertas del Hades se abren de par en par. El Prestige se ha partido en dos con la misma facilidad que se desgajan las piezas de un cacahuete. Las aguas reclaman su esqueleto. Una nube blanca efervescente clava sus uñas sobre la coraza del petrolero. El mar comienza a engullirlo, lenta y parsimoniosamente, como una pitón deglute a su presa. Halla cristiana sepultura a 250 kilómetros de la costa española.

De igual que un cadáver escupe gases en su descomposición, los restos mortales del Prestige comienzan su putrefacción expulsando maromas interminables de combustible. El 2 de Enero de 2003, una suerte de queratosis perversa se hace con el cerúleo del Atlántico, tiñéndolo de negro. Las manchas de combustible se hallan a 50 kilómetros de la costa.

Mientras, en tierra firme, un ejército se levanta en armas. Con el PSOE y el BNG alimentando odios africanos, comienza a cocerse a toda candela una auténtica Revolución. La información que porta el PP en sus galeras mediáticas navega más despacio que las manchas de fuel. Caen, incluso, en errores de apreciación. No obstante, como quedará demostrado años más tarde, el trabajo se está haciendo como mandan los cánones de la prevención. La horda popular, en estado de espera como la encinta que aguarda dar a luz, se mantiene firme en la arena atendiendo la llegada inminente de las primeras manchas negras. Serán éstas la llama que encienda la mecha. El parto prematuro, sin embargo, se produce en las calles. Ve la luz una plataforma ciudadana bautizada como Nunca Máis. A matacaballo, yéndole la vida en ello, acribilla sin descanso a las administraciones implicadas: la Junta de Galicia y el Estado Central, ambos puestos de mando en manos del Partido Popular. La ofensiva se hace cada día, cada hora, cada minuto que pasa, mucho más intensa y violenta. Para que triunfe el mal, basta que los hombres buenos no hagan nada. En este caso, los cargos responsables del PP agachan la cabeza y soportan como buenamente pueden la lluvia ácida de instigaciones.

El PSOE, abogó por que se hubiese acercado el buque hasta Vigo. El BNG, por su parte, propuso la Ría de Concurión. Ante los oídos sordos por parte de los responsables de las empresas rescatadoras, el director de la Marina Mercante, así como las distintas administraciones públicas, que obraron de acuerdo a los principios más elementales de la prevención, arremeten ambos partidos como toro bravo contra el Gobierno de Aznar, exigiendo su cabeza. La locura se respira en el ambiente. El odio resuena a lo lejos, como el paso de una manada de bisontes americanos. Se intensifica. La sangre se hace más roja que nunca a su paso por las arterias de los milicianos improvisados. Dando por sentado un apriorismo inoportuno como el del PSOE y el BNG, así como el del capitán Mangouras –beatificado años más tarde por el colectivo Nunca Máis– de traer el peligro a las costas gallegas y, por tanto, estimando oportuno meter los dedos mojados en el enchufe, niegan todo razonamiento lógico que implique la participación del PP o experto alguno vinculado a los órganos de poder.

De esta manera, la torva popular, en pleno estado de catarsis colectiva, se niega a darle carta blanca a la Diosa Razón. Más al contrario, le tiende trampas y cepos de toda laya. Dicen –además– que el desastre aumentará la emigración que ya existe. También sentencia la caterva que el fuel destrozará por completo la costa gallega. Yendo más lejos aún, afirman con la inapelabilidad de una sibila o un oráculo chino que, en cuestión de meses, la catástrofe afectará con especial virulencia al PIB español. Todo vale con tal de engordar la panoplia de armas utilizadas contra el Gobierno del PP.

Volviendo a alta mar, un sistema denominado “extracción por gravedad” se encarga de libar el fuel subyacente en los tanques del petrolero para, posteriormente, trasladarlo mediante un complejo sistema de tuberías al Polar Price. Este sistema fue aprobado por el Consejo de Ministros el 12 de Diciembre, en base a los informes ministeriales así como a Repsol-YPF, la empresa encargada de la extracción.

Dicho proceso de extracción finalizará el 10 de Septiembre de 2004. El resultado: casi 14.000 toneladas de fuel recuperadas. El resto, otras mil que quedan en el pecio, son tratadas con un cóctel nutritivo que multiplica la capacidad de proliferación de las bacterias encargadas de la descomposición de los desechos, de los que sólo quedará CO2 y agua.

Pese a los trabajos en el buque, como se veía venir, la marea negra ha llegado a la costa gallega. La Parca se ceba con las aves y la flora litoral. Los medios de comunicación publicitan el desastre. Imágenes de aves agonizantes, bañadas en una prieta pasta mortal, inundan las pantallas de televisión y los periódicos. Cadáveres animales siembran la arena, como si de un arrozal tétrico se tratase. En honor a la nobleza de los sentimientos y el corazón, toda España –al margen de colores políticos– se revuelve de dolor e impotencia. Sin embargo, un grueso de la población, en concreto los sectores vinculados a la plataforma Nunca Máis, así como al PSOE o BNG, le niega la sal y la hiel a todo aquel que defienda el operativo de prevención dispuesto por el Estado Central o le baile el agua al Partido Popular. La unidad, como viene siendo habitual en este rabo de Europa por desollar -que dijera Machado– , brilla por su ausencia cuando los desastres se politizan.

El Ejército pone los pies en polvorosa. Todos los medios de los que dispone el Estado son trasladados a la costa gallega. Hay que evitar, en la medida de lo posible, que la marea negra siga clavando sus fauces sobre el litoral. Del mismo modo, se presta especialmente atención a los animales afectados, tanto por medios de la Administración, como voluntarios. Una aguerrida batalla se libra en la arena. Inasequible al desaliento, el conjunto de los voluntarios lucha con denuedo por restablecer el orden natural previo al desastre. Limpian la arena, los cantos rodados, las aves son enviadas a centros especiales. Se trabaja a destajo.

Los días van pasando. Los meses ruedan lentamente sobre la arena. Así, con el inevitable paso del tiempo, la costa gallega se purga poco a poco. Entretanto, en Mayo ya de 2005, el aparato propagandístico sigue con su guerra particular. Burla Negra, un colectivo vinculado a Nunca Máis, presenta el documental “Hai que botalos”. La situación tiene un matiz de cambio que lo hace particularmente peligroso. El PSOE Gobierna desde Marzo de 2004 y las elecciones autonómicas gallegas están a la vuelta de la esquina. El documental de Burla Negra se convierte en un azote contra la derecha franquista (sic) a la que hay que expulsar de Galicia para que desastres como el Prestige no vuelvan a suceder. De este modo, la tramoya dispuesta –con el fantasma de Goebbels dando cuerda– consigue su propósito: PSOE y BNG forman un Gobierno de Coalición. No obstante, salen a la luz datos reveladores. Miembros de Burla Negra así como Nunca Máis reciben ayudas de la Administración autonómica o trabajan directamente para ella, como publica ABC. La tela de araña de prebendas y nepotismos se extiende por Galicia como la misma mancha de fuel que, meses antes, inundó las costas. Las piezas del puzle del Prestige comienzan a engarzarse con facilidad. Recordemos las palabras del nefandario Antonio Carmona, diputado regional socialista que dijo esa sentencia que pasará a los anales de la indecencia política más fachendosa: “estamos sobrados de votos y, si hace falta, hundimos otro barco”. Blanco y con cáscara.

No obstante, en enero de 2008, la Abogacía del Estado defiende la actuación del Gobierno de José María Aznar desde los primeros días del aciago accidente, así como su respuesta inmediata que permitió a pescadores y mariscadores minimizar los costes de la marea negra. Del mismo pelaje le sale a la Xunta un informe encargado con el que busca enterrar bajo las ruinas del Prestige al Partido Popular. Sin embargo, el tiro le sale por la culata. La Xunta, en un nuevo banderazo de manipulación, se encarga de ocultarlo. Razones no le falta. Según el informe, expertos de la Universidad de Santiago de Compostela concluyen que la elección de alejar el buque lo máximo posible de las costas gallegas fue la más acertada, dando por inviables las planteadas por PSOE y BNG, ya que introducir un petrolero accidentado en la Ría de Concurión sería la opción más arriesgada, por su estrechez, bajo calado y dirección de las corrientes. Así, recuerda además el informe que la consultora Berenguer e Ibarren cifraba en un 97 por ciento la probabilidad de que el barco rompiera antes de llegar a la ensenada y su carga se dispersara. En cuanto a la magnitud de los daños, el informe rana de la Xunta recoge que el litoral gallego se ha recuperado al 98 por ciento, según el director del Instituto Oceanográfico de Vigo, lejos de los malos presagios de la lechigada socialista, que daba por perdida la recuperación de la costa. Huelga añadir también el punto económico, pues el PIB gallego de 2002 creció un 2,2 por ciento, frente al 2,3 de 2003. Del mismo modo, concluye el informe que la gestión económica institucional fue la faceta más acertada, ya que la reparación de daños mediante ayudas fue prácticamente inmediata. Queda de esta manera patente la probidad de la gestión del Gobierno de Aznar.

Y los cangilones de la noria siguen girando. Ayer, 20 de Marzo de 2009, el Juzgado número 1 de Concurión concluía la instrucción del Sumario del Caso Prestige, según el cual sobresee la imputación del otrora director de la Marina Mercante, José Luis López-Sors. Por lo tanto, no atribuye ningún delito a Fomento. Suma y sigue.

Queda pues demostrada la alta felonía que, tanto los altos cargos regionales socialistas y nacionalistas como la cáfila de mentecatos que buscó durante tantos años la tergiversación más insidiosa de los hechos, cometieron para alcanzar sus fines. No hubo reparo alguno en mediar con acciones y palabras de la más baja ralea. Lejos de la confusión inocente como error intelectual, cabe atribuirles una manipulación consciente y deliberada. Que ha habido dolo en sus acciones es una evidencia palmaria, a la luz de los hechos constatados.

Vaya, así, este post dedicado a todos aquellos que, desde los primeros instantes, dedicaron todas sus fuerzas a la más infame manipulación. A todos aquellos ciudadanos que, sin escrúpulos y con toda la maledicencia que quepa en sus pechos, trataron de satanizar a la otra media España utilizando como valor probatorio, única y exclusivamente, su fe ciega en los prebostes socialistas y nacionalistas. A todos los pobres diablos que se echaron el hacha a las espaldas para hacer leña del árbol caído, en especial, la plataforma Nunca Máis. Vaya para ellos el mayor de nuestros desprecios. Amén.

Coda: En este mundo, la mentira te hará llegar muy lejos, pero nunca te permitirá volver atrás.

jueves, 19 de marzo de 2009

VIA LAIETANA

Por fin sucedió. La adrenalina y el cortisol corrieron a empellones por la Vía Laietana. Normal que la paramnesia mariposeara por las confusas mentes de los manifestantes ayer tarde mientras salían por piernas, al tiempo que se llevaban a casa alguna que otra porrada. Esta suerte de San Fermín improvisado tenía algo de celebridad. Tiempo hacía de aquel día en que una multitud de revolucionarios cargase en andas –y con los pies por delante– al libertario Buenaventura Durruti por esa misma Vía Laietana donde ayer se dio Santa Lidia. Era un 22 de Noviembre de 1936.

Desde Noviembre también –de 2008 en este caso– se hallaba enclaustrado un nutrido grupo de estudiantes en el rectorado de la UB, refugiados, al abrigo del calor universitario, como si de una camada de conejos con mixomatosis se tratase. El hecho de por sí era bastante rocambolesco. Una multitud abigarrada que, entre sus muchas descoloridas consignas, bramaba contra una supuesta privatización de la Universidad. Desconocen, al parecer, que se hallan en uno de los estratos más privilegiados de la sociedad. Un 40 por ciento de la población española de 25 a 34 años dispone de titulación superior, frente al 23 por ciento de Alemania, por caso. Las tasas universitarias que sueltan a tocateja apenas cubren el 15 por ciento del total. Obtienen, las muchas de las veces, generosas becas que sufragamos todos los españoles, incluidas las clases más desfavorecidas y, por tanto, muchos de los parados. No obstante, pese a su patente y patentada filantropía, no cabe siquiera vislumbrar un atisbo de egoísmo en los quintacolumnistas de la Universidad. Cuestionar alguno de sus preceptos divinos es caer de bruces en el muladar de los apestados y reaccionarios, cuando –paradójicamente– no hay nada más inveterado y sucio que la máquina redistributiva. Los pobres financian a las clases medias de hoy y a los poderosos de mañana. Algo que, en honor a la razón, debiera ser visto con ojos de buitre por su carga de cinismo y que, por el contrario, se ha convertido en algo consustancial al derecho. Sin embargo, como es de natura, el derecho debiera ser pagado con la moneda de cambio de la obligación. Una moneda que no parecen estar tan dispuestos a pagar los lechales anti-Bolonia, aferrados con uñas y dientes a la deliciosa ubre de mamá Estado. Exigir competitividad, cualesquiera que sea el campo de la vida que abarque, es como codearse con el hampa.

Así las cosas, el desalojo del Consejo de Guerra de la Universidad por los Mossos fue la llamada misma al combate. ¡Que nos sacan a palos del lupanar! ¡Vendetta! Cargado de veneno el dardo del escorpión, hizo éste suya la calle en una suerte de escuadrón de la muerte y plantóle cara a los Mossos en acto de justicia. Huelga aclarar que quizás no entienda yo por ignorancia el generoso sentido cívico de los recentines anti-Bolonia que, aprovechando la coyuntura, se mostraron atentos y serviciales con la causa nacionalista, ensalzando banderas independentistas y anacronismos varios; pero, al hilo de lo visto, acaso parecieran buscar una Universidad a lo Soviet, de tintes comunistas –ni siquiera socialdemócrata– y donde el pensamiento único se convierta en el músculo cardiaco del dédalo académico. Quizás lo próximo sea exigirles a los descocados lechales universitarios la entrada en su particular Palacio de Invierno con quepis y charretera, así como fusil de plástico en ristre. Todo muy simbólico y ceremonioso, casi litúrgico. Un ambiente caliginoso, denso, recargado con olores de antaño y melodías demodé. Y lástima –de corazón– por no poder llevar todo este limbo al sepia. Sería así tan de los añorados 30...

En cuanto a la batalla misma y sus prolegómenos, resulta cómico, pues es siempre el mismo. A saber. Las huestes se encargarán de hacer gala de su pacifismo y sus seráficas intenciones. La policía, por su parte, se mostrará impasible, firme, como el pino en la ladera. Decepcionada la hueste con la imperturbable rectitud de la policía, pasarán a proclamar cánticos tribales tales como “policía asesina”, “fascistas” y demás lindezas. Acto seguido, algún recental con ínfulas de guerrillero y resentido por no haber engrosado el Quinto Regimiento de Líster, dará un paso más y abrirá las puertas al contacto físico. En el caso de ayer, la mecha la encendió el grupo que hacía de ariete de la manifestación, golpeando con el mástil de sus banderas las defensas de los Mossos. Llegados a este punto, la caterva se crece, se aviene y comienzan a pasarse boca a boca el aliento de la invencibilidad. Con renovados bríos, el grupo de los paladines se verá reforzado por una fuerza motriz, llegada desde la cola del rebaño y empujando hasta su cabeza, haciendo del jabardillo una especie de Caballo de Troya. Pero, cuando no se tienen ni los bemoles ni las ideas para la Revolución, pasa lo inevitable. La Policía, en su deber, y harta de juegos de niños, responderá a la provocación aplacando de raíz el caos creciente, en este caso, un acto no autorizado y violento. He ahí el diásporo que comienza a crecer. Abracadabra, sin saber cómo ni cuándo, la torva ve satisfecho su deseo más profundo de iniciar una “revuelta popular”, usando la jerigonza revolucionaria. Adoquines, cócteles molotov, bolas de pintura...Un arsenal supuestamente improvisado de la nada y que condiciona la ebullición de la hueste. ¡Por fin la Guerra!

En el caso de ayer, los pacifistas mandaron al hospital a una treintena de agentes. Si la efectividad de un ejército se mide en el número de bajas causadas, los revolucionarios anti-Bolonia ayer clavaron una pica en Flandes.

Cuentan que el líder anarquista Durruti, días antes de recibir mortal balazo en el pecho, espetó al Secretario General de CNT, Horacio Martínez Prieto, cuando éste hacía un último intento por llevar la “Columna Durruti” hasta Madrid: «¡Yo no conozco otra disciplina que la Revolución. En cuanto a los demás, aprendeos esto de una vez: ¡Yo me cago en vuestras responsabilidades de burócratas!»

Más de un revolucionario de chichinabo creyó ayer noche oír el eco de su Alter Ego volar por la Vía Laietana. Al final, como en Cuento de Navidad, los espíritus nos hablan.

martes, 17 de marzo de 2009

TE LA METIÓ, IZASKUN

Cuando los más elementales principios morales se hayan lastrados por el peso y poso de la herrumbre, el desfonde de los mismos se antoja improbable. Más aún, la indecencia tenderá a avanzar a matacaballo como una metástasis desatada. A toda brida.

Así, lejos de mantener la línea de flotación, Zapatero, con su estilo charro y gerundiano, prende a diario la pólvora de las culebrinas hasta hacerlas despertar en tormenta y desgajar las piezas de su chalupa ante la lluvia de cañonazos.

No hace mucho, prometía una llamada a la joven Izaskun en el programa de TVE “Tengo una pregunta para usted”. No era una llamada cualquiera. Se trataba de una de esas que se producen una vez en la vida y que dibujan sonrisas en los estratos más profundos del alma. A la salida de plató, Zapatero se tomó la licencia de dedicar unas pocas palabras hueras, maquilladas como su córvida jeta por una de esas estilistas de televisión y, ante todo, cargadas de sentimentalismo ñoño. Reconoció que la pregunta de Izaskun le hizo recordar las tareas por las cuales "merece la pena" ser presidente del Gobierno, al tener la posibilidad de tomar medidas para "cambiar la vida de mucha gente" que, sin esas decisiones, no tendrían "ningún horizonte".

La famosa e incuestionable mentira como arma revolucionaria que llevara por bandera el mismísimo Lenin, se ve refrendada por nuestro dilecto Presi, haciendo de ella, además, una suerte de égida que todo lo vence. Y tanto. La ingenua Izaskun se tragó la pastrija con cuchillo y tenedor. De la llamada no queda ni las espinas. Nunca existió y, probablemente, nunca lo hará. Así, el cinismo queda grabado, como si de un código de barras de tratara, en el rostro de Zapatero por cada una de las sonrisas que va regalando al tiempo que promete lo que ni él mismo cree. He ahí la semilla del mal. Gestos y palabras grandilocuentes, filantropía de top manta, talante, pacifismo y nubes de colores. Sin embargo, a la luz de los hechos, lo que prevalece es un paroxismo de anorexia moral que degrada no sólo a quien la padece, sino a todo aquel a quien castiga con sus vitriólicas trapisondas.

A estas alturas del partido, no dudábamos de la patente de navegación provista por Zapatero y con la cual se veía autorizado para navegar por las aguas de la indecencia y la amoralidad. De acuerdo. Lo que, sin embargo, parecía más improbable en un cordero mueso de este pelaje, es que dejase con la miel en los labios del alma no sólo a los malvados empresarios capitalistas o a los maquiavélicos demonios del PP, sino que desmochara inclusive a los más desprotegidos y vulnerables. Así, la indefensa Izaskun, se convierte no sólo en testigo presencial de la degradación de las instituciones, que dejan inermes a los afectados por el Síndrome de Down como ella, sino que pasa a engrosar la cola de los manipulados y engañados por los tantos programas de cirugía plástica con los que el Gobierno trata de hacerse más apetecible. Ya saben: una rinoplastia por aquí, un poquito de pecho por acá; pero la esencia, el corazón, el nudo gordiano que, como aludiera Fernando II, lo mismo es cortarlo que desatarlo, nos demuestra que tras tanta apariencia se encuentra una esencia deletérea y deleznable.

Se incurre en el vicio moral de la hipocresía cuando dejamos de tener coherencia con nuestros propios principios. Por tanto, el pasaporte moral de Zapatero se halla infectado por los gérmenes del vicio y el indecoro, llevándolo a un terreno en el que el abandono de todo aquello que agarra se convierte en el padrenuestro de cada día. Lo mismo promete pleno empleo que crea un caldo de cultivo óptimo para un opíparo desempleo. De igual se compromete a cubrir entre algodones a los más desfavorecidos que los deja al albur de la tormenta. Y suma y sigue.

Con estas cartas, es de natura que la indefensa Izaskun confesara en la rueda de prensa de presentación de la II Gala de Down España del próximo día 21 que no quiere hablar del tema. La decepción corre por sus venas a ritmo de tantán. Sístoles y diástoles se suceden de forma alternativa bombeando una caterva de soldados encargados de prender la llama de la desilusión. Es el resultado de dibujarnos un mundo idílico al otro lado del espejo, tal como ocurriera en A través del espejo y lo que Alicia encontró allí. Y es que ya lo analizó el eximio filósofo Gustavo Bueno en su obra Zapatero y el Pensamiento Alicia. Nos encontramos con un personaje infantil, rayano con lo patológico, capaz de nadar sin mojarse la ropa y con más obsesiones que ideas. Es por ello que a su paso deje un rastro de desilusión como el que cubre a Izaskun. Pobre. Otra víctima más...

martes, 10 de marzo de 2009

WILD WEST

El armario de las ideas está vacío. Los miles de arroyuelos por los que corrían las políticas gestuales y retóricas se han secado. Tierra adusta y baldía. Lo más parecido a uno de esos paisajes yermos y abrasados del Wild West. Para colmo de las desgracias, la difteria ataca con inquina nuestras vías respiratorias, mientras el doctor duerme la siesta. ¿O es acaso presa de una catalepsia inmarcesible? Ni huella. Las culebras y los ratones se cuelan por las hendiduras de la madera reseca y agrietada, acatando la Ley Suprema que obliga a reflotar el instinto de supervivencia. A lo lejos, suena el eco del graznido de los cuervos. ¡Oh, Manes! Las campanas tocan a rebato. Sólo queda, en el mejor de los casos, la Parusía como tabla de salvación.

Asegura la voz popular que es fácil ser valiente en la taberna. Zapatero ha sabido gallear y mostrar sus coloridas plumas negando y renegando la crisis bajo la luz del halógeno central de la cantina, al arrimo y al abrigo de un nutrido corro de borrachuzos y palmeros. Una fiesta de aires ceremoniosos –casi proféticos– en la que todo vale con tal de negar la mayor. Cartomagia, ilusionismo y prestidigitación, para, al fin, ganarse el aplauso del respetable con un espectacular número de escapismo. Y desde entonces.

Esté donde esté, parece haberle caído el cielo con el peso de los montes gallegos. Aunque más bien pareciera haber puesto un pie allende del Cabo Finisterre y encontrarse soportando la zozobra de las aguas de la Costa da Morte. Es que Galicia es así. Desdeñosa, esquiva y traidora, como una mujer insidiosa.

O quizás se encuentre allá por las vascongadas, buscando la manera de darle la mano al mismo Diablo sin que le queme las falanges. ¿Y allí en el vórtice del Poder, el eje neurálgico del Estado Mayor: Madrid? No. Dicen las malas lenguas que comienzan a mirarle por el rabillo del ojo. A su paso resuenan los toques de codo entre los socios nacionalistas. Su caminar se vuelve tórpido y vertiginoso mientras le tienden una alfombra de pétalos de rosas negras. Clara alegoría. CiU se perdería en arrumacos y coqueteos. Guiños, besos sordos, todo vale; pero el corazón tiene razones que la razón desconoce. A Zapatero le escuece sólo el hecho de pensar en desprenderse del dilecto Govern. La genuflexión parece ser moneda de cambio. A nuestro sumo pontífice no le queda otra que dar la cara y bailar con la más fea: la oposición.

Cuentan que Machado dejó mella en Zapatero. Una de las dos Españas ha de helarte el corazón, que dijera el poeta. Desde entonces, huye y rehúye de su otra mitad para velar por la temperatura media de sus fluidos escarlatas. Las palabras Pacto de Estado caen sobre su famélico cuerpo como una granizada invernal. Que se le hiela. Tiembla, como un animal acorralado, allá donde se esconda.

Mientras, Obama se va de picnic y francachelas con las niñas bonitas de Europa. A Zapatero le pesa el cielo. El aire se le hace denso. A duras penas entra en sus pulmones. Un marasmo físico y mental le hace confundir el apoyar con el follar, declamando con el Presidente ruso Medvedev. A sus amanuenses y conmilitones les vence la galbana. Ya no le vale hinchar el pecho de autosatisfacción. La realidad no lo permite.

Tras prender fuego al avispero, sólo queda correr en busca de un refugio seguro donde comenzar a trabajar en otra dirección; pero, como dijera el filósofo Séneca: “No existe viento favorable para el marinero que no sabe dónde ir”. Jaque a la Reina.