martes, 27 de marzo de 2007

EL MISMO PERRO...Y EL MISMO COLLAR



"LA PANTOMIMA DEL PROCESO DE PAZ VASCO"

¿Seguirá Conde Pumpido acusando a la oposición de sacar a los "falangistas" a la calle? ¿Y los terroristas?

viernes, 23 de marzo de 2007

LA MANO INVISIBLE...



Una de las razones por las que Jung cejó en su empeño por continuar trabajando con la psicología experimental, fue el hallazgo, casi matemático, de que en ella, uno encuentra lo que busca. Semejante ecuación puede ser extensible a diversas ciencias humanas que, al margen de la realidad, son acatadas casi como ciencias infusas. De tal suerte cojea –por ejemplo- la jurisprudencia, que lejos de ser imparcial y acendrada, se halla pertrechada de toda clase de trampas y ases bajo la manga, a fin de ser orientada en casos de necesidad política por unos leguleyos inverecundos y al servicio de los leones.

A fuerza de martingalas y maniobras encubiertas por el Tribunal, el estandarte del terrorismo, Arnaldo Otegi, ha sabido cruzar el río tanteando las piedras. La sentencia se mostraba diáfana y concisa al recoger que existía “prueba de cargo directa y suficiente” contra él. Sin embargo, los leguleyos de turno han sabido exonerar al bueno –casi Santo- de Otegi, e incluso el Tribunal de la Audiencia Nacional ha visto ocasión de añadir a su panoplia de armas la bernardina de que, si no fuera por la Fiscalía, contaríamos con la condena de Otegi por enaltecimiento del terrorismo como un acto irreversible. Ahí duele y ahí se vislumbra el problema. Ya lo vimos con el caso De Juana: no es la causa en sí lo que importa, sino el efecto. No importa que Otegi sea condenado tal y como debería ser de acuerdo a la Ley, o que Iñaki De Juana siguiera con su astracanada particular, sino que es el “qué vendrá” lo que preocupa. Se trata de un mecanismo de seguridad, un movimiento estratégico por parte de Zapatero y su cohorte de guerreros con soldada para abrir y escardar la estrada hasta que las urnas lo requieran. De esta manera, el ignominioso proceso de rendición está destinado a permanecer, como un homúnculo en el alambique, a la espera de que ambas partes alcancen sus objetivos políticos, aun quedando a kilómetros de la propia legitimidad del sistema democrático.

Queda en evidencia con estos movimientos preventivos por parte de la Fiscalía, que las fieras del terrorismo no se encuentran tan domesticadas como quieren hacernos ver. No hay más que palabrería huera en las arengas y soflamas de ETA-Batasuna a la luz de los hechos y visto cómo siguen siendo de los de "a Dios rogando y con el mazo dando". Así, hay que ser muy duchos en estas lides para hacernos tragar con semejantes patrañas, y el Gobierno –en honor a la verdad- lo está siendo. Tanto, tanto, que gran parte de la sociedad no está dispuesta a sacar los pies del tiesto y sí seguir, como perritos falderos, los pasos de un Presidente obnubilado y neurótico que está dispuesto a todo con tal de perpetuarse en el poder.

Conviene advertir –y no olvidar- que estos terroristas y sus maquillados fautores siguen siendo lo que son por mucho que la retórica zapateril trate de vendernos lo contrario; al igual que sabemos que los últimos informes policiales incautados a ETA, advierten que ésta sigue formando a jóvenes terroristas, al tiempo que continúa la extorsión a empresarios vascos. Ése –y no otro- es el talante de aquellos que se llenan la boca preconizando la paz y la democracia.

Más de lo mismo…Al PSOE el terrorismo le suena a chiste. No olvidemos que han sido compañeros de clase durante muchos de los años de su sangrienta historia.

Los cangilones de la noria seguirán girando a toda brida hasta llevarnos al huerto de sus querencias. Si no contamos ni siquiera con la justicia, ¿qué nos cabe esperar? Ellos son los que encuentran lo que buscan…

miércoles, 21 de marzo de 2007

UN MUNDO FELIZ...



Ni siquiera una vieja sibila podría haber calculado con tan escaso margen de error –ninguno- lo que la mitad de los españoles sabíamos que ocurría en cuestiones de días tras la manifestación del 10 de Marzo contra las cesiones –y concesiones- del Gobierno de Zapatero a los terroristas vascos.

Después del fárrago de tonterías espetado por la progresía más moralizante de nuestro país, llegó el momento de que el tejemaneje izquierdista se lanzase de nuevo a la calle en gigantescas hordas para defender con una mano los derechos humanos y con la otra encomiar la figura de su máximo destructor: comunismo y republicanismo. Visto y no visto. La misma contradicción de ver cómo un socialista acusa a otro partido de golpista, siendo ellos mismos los máximos representantes del golpismo en España y habiendo dado sus primeros coletazos de vida como una leva de daga pronta; o ver a Zapatero declararse feminista mientras promueve una religión en la que el maltrato a la mujer es bienquisto, y trata de borrar del mapa a la religión cristiana, mayoritaria y arraigada a nuestras costumbres inclusive.

Lo cierto es que el rebullido de los filisteos comunistas y socialistas llega a destiempo y en mal momento. Han vuelto a utilizar la Guerra de Irak como hoja de parra en el canasto para así conservar indeleble su esencia indecorosa y altanera. Se olvidan –la amnesia, ese mal endémico del izquierdismo…- de que el apoyo de España a la guerra de Irak no fue más que el envío de una fragata que, para más pecado, llegó al Puerto de Basora el mismo día en el que caía la estatua de Saddam. Nada que ver con los buques escolta que está enviando Zapatero para colaborar con los norteamericanos o los miles de soldados españoles que van a la guerra en Afganistán. Sí, sí, guerra, con todas sus letras, nada de eufemismos. Pero es evidente que se ven obligados a desplazar todos sus males a los viejos fantasmas –utilizando su propia jerga- y hacer del pecado la virtud. Viene a ser algo parecido a aquellos incendios de Galicia tras los que se manifestaron, no contra el gobierno, sino contra un PP que, sin comerlo ni beberlo, cargó con la cruz de algo que venía del otro lado. Tan del otro lado, que uno de los principales pirómanos detenidos resultó haber figurado en las listas municipales del PSOE. ¡Ay, uva de su vid! Así las gasta la izquierda cuando se sabe acorralada y amoscada…

Así, en un paroxismo de abyección, aprovechan para tirarse a las calles torvamente con sus puños enhiestos y tratar de apagar con sus voces tonantes las ascuas de una supuesta guerra civil con un contenido genético netamente yihadista. ¿Acaso Siria y la teocracia iraní no van a tratar de llevarse su trozo del pastel? ¿Es casualidad quizás que los chiíes iraníes estén apoyando a los suníes de Irak con sus ataques a los chiíes irakíes, aun siendo una contradicción?. Pero claro, la progresía, como siempre, parece no querer conocer el problema religioso de Oriente Medio y sí contentarse con apoyar el islamismo y destruir el cristianismo. Para ellos, es el Gran Satán norteamericano el elemento patógeno principal, y no el fundamentalismo providencialista que quieren –y según el islamismo y la sharia, deben- imponer al mundo.

Resulta vergonzoso que exista un sector de la sociedad tan maleable y dúctil que comulgue –y con gusto- con las ruedas de molino de un Gobierno furibundo que utiliza el paralogismo como cordel de cáñamo para atar el paquete de la mentira y la indecencia más fachendosa.

Buscas en Roma a Roma, ¡oh, peregrino!, y en Roma misma a Roma
no la hallas...

Tener ojos para esto...

lunes, 19 de marzo de 2007

¿UNA PAZ VIOLENTA?



Cuando Rodríguez Zapatero pone en solfa la supuesta transigencia democrática de ETA-Batasuna así como sus seráficas intenciones, sólo podemos plantearnos dos posibilidades: es poseedor de una atonía cultural mayúscula, o bien se muestra permisivo y condescendiente hacia la sangrienta realidad del movimiento nacionalista vasco.

La trufada imagen que nos trata de vender al resto de españoles alardeando de pacifismo y buena intención democrática por parte de los terroristas, no se ajusta con una realidad tan diáfana e incuestionable. Así, -y sirva de ejemplo- publica el diario ABC un artículo en el que amasa jirones de odio que no son más que el fruto de las tarambanas terroristas y la altivez triunfal que les supone saberse victoriosos de algo que parecía imposible.

De esta manera, podemos leer en el citado diario unas declaraciones puestas en negro sobre blanco en la página abertzale.org por el propio PTCV en las que se nos dice: "Los comunistas no tienen por qué guardar encubiertas sus ideas e intenciones. Abiertamente declaran que sus objetivos sólo pueden alcanzarse derrocando por la violencia todo el orden social existente. También, si quieren, las clases gobernantes, ante la perspectiva de una revolución comunista”; unas líneas que perfectamente podrían ser sacadas de cualquier diario de Ho Chi Minh.

Pero al genuflexo ZP parece no importarle una realidad tan oscura. También es cierto que para un cobista de la II República y poseedor de la herencia genética de un partido nacido por y para el golpismo, que –incluso hoy día- sigue lisonjeando la revolución de Asturias como un acto de justicia democrática, resulte harto complicado hacerle amilanar por el olor de la sangre. El acondicionamiento es tan insondable…

El problema se agrava cuando la justicia permite pasar por el colador semejantes declaraciones de intenciones violentas y antidemocráticas y se maquilla la realidad dialécticamente. Como dijera el eximio filósofo Gustavo Bueno, el error adquiere volumen una vez que se transige con la realidad, desde la raíz hasta la copa. Esto es así cuando, por ejemplo, los medios se empecinan en llamar violentos a los propios etarras, rebajando su condición de asesinos y equiparándolos con un simple delincuente callejero que quema un contenedor, uniformando así el concepto de violencia. No señor, a las cosas por su nombre, dejándonos los eufemismos. ¿Y si los llamamos asesinos? ¿Y si los medios dijesen que Zapatero está negociando con unos asesinos con las manos manchadas de sangre? Ocurriría que sonaría a “realidad”, y los medios precisan descafeinar ésta para que entre así por las ventanas de las conciencias lo más suavemente posible. Así funciona la sugestión propagandística y así la digieren la mayoría de individuos narcotizados por los medios informativos. Nuestro Presidente sabe mucho del tema –herencia partidista nuevamente- y por ello utiliza todas y cada una de las debilidades de la psicología para varar en dique seco el barco de las pastrijas y tratar de perpetuarse en el poder.

Mal que nos pese, la tramoya propagandística de Zapatero está filtrándose entre la sociedad con una facundia desmedida, lo cual es un golpe a la democracia y un soplo de aire fresco para el terrorismo.

Si un paisaje sólo se conquista con la suela de los zapatos -como dijese Faulkner-, ETA-Batasuna están sabiendo medir el paso con rigor y paciencia, haciendo las veces de turiferarios del Gobierno para así ganarse su aquiescencia y plantar los pies en nuevas tierras de promisión. ¿Les suena?

domingo, 11 de marzo de 2007

AL ALIMÓN POR LA JUSTICIA



Ni sonó el Cara al Sol, ni se columbraron banderas franquistas, ni se apedreó la sede del partido de la oposición, ni se pasearon en andas los famosos símbolos preconstitucionales, ni arribaron a matacaballo en la Plaza de Colón…

Es de suponer que la izquierda más progresista contemplara semejante emblema de civismo, gallardía y respeto con el ceño fruncido y mordiéndose las uñas, mientras maquinaba el próximo ataque dialéctico a esa supuesta derecha neoconservadora y anticonstitucional. Y es que apuntan tan alto que no llegan; pero por suerte para ellos –y obstinación ramplona– conservan aún miles de flechas en sus aljabas. Para comenzar, el bueno de Pepe Blanco ya ha dado algún balido que otro respecto a la manifestación de ayer, hablando de la dignidad de las víctimas y cómo se ha pisoteado –¿sabrá lo que es la dignidad? ¿y una víctima del terrorismo? –. El mismo 10 de marzo, el Fiscal General del Estado, Conde Pumpido, cuestionaba la propia legalidad de la manifestación, al tiempo que destilaba una de sus gotas de sabiduría –que tienen más de cicuta que de estimulante– al decir que "deberíamos sentirnos orgullosos de nuestro sistema, porque al final hemos derrotado el terrorismo". Soltarnos semejante bernardina, eso sí que debiera ser ilegítimo. Y habrá quien lo crea, pues una mentira repetida mil veces se convierte en verdad a entender del pueblo llano. Resulta tan sencillo alimentar la nesciencia del ignorante…Lo cierto es que el PSOE intenta con más pena que gloria sacar los pies del lodazal en el que nos ha metido, y no importa darle redaño a su difuminada idea de la justicia y el Estado de Derecho. Pero la realidad política es muy otra, así que cada palo aguante su vela, a fin de reconocer el cabotaje llevado a la práctica por cada cual. Nada de aires victoriosos.

Respecto a la manifestación en cuestión, huelga decir que se pudo percibir ese ambiente denso y mucilaginoso que se siente en los momentos de cambio. Y es que el Partido Popular pareció verse dispuesto a resolver todas las disparidades de criterio que últimamente ha podido tener con a sus adeptos –o éstos con él–, y que, por fin, ha sabido quitarse la correa de los complejos y arrojarse de lleno a un piélago de vicisitudes. ¡Pelillos a la mar! Tras concitar a más de dos millones de ciudadanos –en general– y levantar la cerviz de sus simpatizantes –en particular–, podemos decir que comienza a alborear una incipiente realidad política a la que le tocará vadear el río del desorden y la inconstitucionalidad que ha dejado Zapatero y sus adláteres. Pero quien busca el peligro, en él perece; y la sensación que ayer se pudo percibir, respirar, palpar, y casi masticar, es que –como dijera Ortega y Gasset en su celebérrima frase en El aldabonazo–, ante el rumbo que Zapatero está marcando respecto al terrorismo, los españoles dicen a grito abierto: «¡No es esto, no es esto!»

Al margen de la progresía más sectaria y ortodoxa, la receta zapateril para acabar con los males acuciantes que padece España de terrorismo y opresión política, no es la que la voz de la razón dicta y determina, sino la del suicidio y la servidumbre. Y seguir pensando que hemos vencido al terrorismo cuando nuestro Presidente se ha bajado los pantalones ante ETA y les ha concedido un espacio de maniobra nunca visto, es –cuando menos– una postura cínica, fachendosa, oprobiosa e irresponsable. Máxime cuando el nuevo compañero de clase de Zapatero, Arnaldo Otegui, dice que la muerte de De Juana Chaos podría traer consecuencias negativas, o que sin Navarra no pueden seguir adelante. Rebajarse ante un salvaje disfrazado de demócrata resuelto y pacífico, cuando es uno de los especimenes más peligrosos y tarados de nuestro país –de los de a Dios rogando y con el mazo dando– es para cuestionarse la legitimidad del ejecutivo. Lo grave es que no podemos adscribirle un episodio de locura transitoria puntual, sino que siente verdaderamente y de buena fe, latir en su fuero interno la necesidad de ceder al chantaje terrorista y desmochar la esencia del Estado Español.

De esta manera, la izquierda radical, con sus turbamultas de jaraneros y algarabías paleozoicas, esconderá la cabeza bajo tierra como los avestruces durante una temporada, para que, pasada la nube negra, tome de nuevo el relevo y ataque con su mordacidad característica sabe Dios qué. Eso sí, siempre con los franquistas en la boca, para hacer gala ostentosa de tolerancia, respeto y talante. Quien sabe si –ante el nerviosismo de darse de bruces con el fracaso– montarán en cólera y volverán a apedrear la sede del Partido Popular, como tanto le gusta hacer al jabardillo del “caca, culo, pedo, pis, fascista…”. Ahí sí que veremos a nuestros queridos cineastas, artistas y todo ese rebaño de mansos recentales que caen de hinojos a sus pies, mientras que ayer se dedicaban a vaciar la faltriquera que han sabido llenar con la voz del sensacionalismo y la demagogia más punzante. Entonces sí que volveremos a ver esos símbolos preconstitucionales que tanto les gusta lucir –banderas republicanas, hoces y martillos…todo ello enseña insoslayable de millones de asesinatos a manos de sus propios próceres– y no los que tanto presumían que en la manifestación de ayer aparecerían.

En fin, no tardaremos en saber qué están preparando nuestros queridos y aleccionadores Manifestantes –con mayúsculas. Son de pro– para justificar las concesiones de un Zapatero que hace las veces de guardabosques convertido en cazador furtivo, y así vilipendiar a aquellos que han alzado la voz por la Constitucionalidad y el Estado de Derecho.

PONGAMOS PÒR CASO...



La ceguera voluntaria es la peor de todas las cegueras...

¿Quiénes son los obstruccionistas?

miércoles, 7 de marzo de 2007

EL MUNDO DEL REVÉS


A decir verdad, no tenía intención –ni ganas- de atizar el debate respecto a la política proetarra que está siguiendo nuestro iluminado Presidente, pero los hechos obligan.

Después de la alta felonía que Zapatero ha derramado sobre todos y cada uno de los españoles, las preguntas se suceden como hongos después de la lluvia. Y es que hemos asistido a uno de los hechos más luctuosos de la democracia española, al uncir el cuello ante el yugo del terrorismo y el nacionalismo patológico vasco. Además, no contento con hiperlegitimizar a ETA-Batasuna, ni con alentarles a la participación en las próximas elecciones, ni con adormecerse con cantos de sirena, ni con abrirles el peaje hacia la victoria, se saca de la manga la excarcelación de uno de los animales más peligrosos y sanguinarios de nuestro país. De esta manera, la película del terror se ha salvado con un "final con beso", puesto que los nefandos crímenes de Iñaki han sido gratuitos. Claro, para eso está la justicia radical: para exonerar a los malos y culpar a los buenos. El mundo del revés...

La celada que Zapatero nos ha colocado a todos los españoles para engañarnos como a chinos, ha servido para demostrarnos una vez más que el radicalismo –venga de donde venga- se da la mano y aúna fuerzas con tal de perpetuar el poder. Así, todo este embrollo en que nos ha metido ZP concediendo prerrogativas a una leva de terroristas que juegan a la democracia, no es más que una de sus sucias componendas electoralistas, a fin de cumplir con su caliginoso deber de conciencia y satisfacer a los separatistas-terroristas. Afloran así como tulipanes sus complejos y traumas guerracivilistas y franquistas al arrojar tinta de calamar sobre un sector de la sociedad apolítico o derechista, equiparándolos al viejo bando nacional. No importa desgranar España, siempre y cuando se vean atizados aquellos patriotas franquistas que –según él- son todos y cada uno de los liberales que no casen con su política. (“todo lo que hace el señor Aznar es franquismo puro”, decía Zapatero en el Parlamento. Sirva de orientación) Pero ante semejante pastrija debemos pasar los datos por el tamiz y -¡ay!, pobre nesciencia- advertir que las cuentas no cuadran, puesto que más patriota y más nacionalista es aquel que mata por una nación que no existe, que aquel otro que pone el grito en el cielo por un País que sí existe.

En España hemos vuelto a esa vieja idea inglesa de los Tudores de que los jueces eran “leones bajo el trono”; hemos vuelto a aquella anciana y pedestre fórmula de instrumentalizar la justicia convirtiéndola en un arma al servicio del Gobierno. No nos debe coger muy de nuevas, puesto que ha sido y será una de las enseñas principales del PSOE. Bien lo sabe nuestro nuevo justiciero Fernández Bermejo, la crema de la izquierda radical, que viene como anillo al dedo al actual proceso de rendición –no de paz. A las cosas por su nombre- tras su oposición a la Ley de Partidos y a la ilegalización del “Partido Comunista de las Tierras Vascas”, y siempre terne en su postura a la hora de subjurar la independencia de los jueces. Por ello y más, el problema de la política actual no es más que agua de borraja para el que otrora fuese el Simón Cirineo de Felipe González, o también conocido en todo el orbe como el padre del Terrorismo de Estado y la corrupción más ignominiosa de nuestro país. Sin embargo, el viento propone y la vela dispone. Y la vela de Bermejo ha dispuesto algo más grave de lo que cabría esperar. La excarcelación obedece a unas supuestas razones humanitarias y morales, ya que la vida de De Juana Chaos corría tanto peligro, que salió por su propio pie y sonriendo. Vamos, que ni los médicos han comulgado con ese peligro de muerte del que tanto se ha hablado. Una muerte política más bien...

Así, lejos de asumir el fracaso de su política, el PSOE vuelve a su táctica preferida: tiznar de fascistas –parecen desconocer que para ser fascista hay que ser socialista- a aquellos que defienden la paz, la dignidad, la justicia y la libertad, y arremeter sin contemplaciones, como si fuesen una caterva de lobos desmandados a los que no conviene tener en cuenta. Ya ven, nada nuevo bajo el Sol. Volvemos a sentir los ecos lejanos de Marcuse y compañía. Ya saben: “cuando los obstruccionistas se vuelvan demasiado irritantes hay que etiquetarlos como fascistas o nazis, y…” (sic).

Lo hemos visto después de cada una de las manifestaciones convocadas por el Partido Popular. Y es que parece que la calle es de la izquierda. Cuando ésta se manifiesta, es un acto de gallardía y reivindicación; cuando lo hace la derecha, se trata de franquismo. ¡Qué juicio!. ¿Dónde están esos cineastas, artistas, cantautores, panegiristas y plañideras de la izquierda más radical que se tiraban a la calle como borregos para “defender” la paz? ¿Acaso no se trata de un acto de buena fe democrática el hecho de alzar la voz como muestra de disconformidad ante la política proetarra llevada a cabo por el Presidente Zapatero? Ya nos vamos aclarando: las manifestaciones sólo son manifestaciones si las convoca la izquierda y podemos columbrar banderas republicanas y comunistas, ¿verdad?. Pues una mierda –con perdón-, sencillamente no tiene sentido. No es posible cuadrar el círculo ni echar humo por las orejas. La evidencia palmaria de que la política terrorista está hecha de rendiciones y concesiones no pasa por el colador de la constitucionalidad y la justicia, por lo que cualquier ciudadano en condición de tal, está en su sano derecho y obligación de quejarse con todas las de ley. Conviene realizar un ejercicio de sensatez democrática y aventar la paja del trigo. Zapatero y sus epígonos nos exponen en sus jaculatorias que la derecha también acercó presos. Evidentemente. Pero no podemos medir todo con la misma vara de rasero. El fulcro de los acercamientos de la derecha era, entre otros, evitar el asesinato de Ortega Lara, al tiempo que se producían detenciones a etarras de esas que no se contemplan durante esta legislatura. También conviene recordar que no se mantenía una posición de deferencia hacia ETA-Batasuna, o que el Partido Popular presentó nueve iniciativas entre 1986 y 1995 para pedir el cumplimiento íntegro de las penas de los terroristas, a las que el PSOE se negó, etc. Además que por aquel entonces seguía con vida el Pacto por las Libertades y contra el Terrorismo, así como la posterior Ley de Partidos. Pero claro, el conformismo gregario cala rápido y hondo. Cuando Pepiño Blanco o Rubalcaba tratan de vendernos la burra con sus deletreas argumentaciones, muchos no pueden evitar soltar una leve y gozosa sonrisilla de conejo y escupir sobre el PP, pero pocos son los que entran en la reflexión. Y es que, como dijera Losantos: mansos y lanares.

Existe un proverbio árabe que nos dice: besa la mano que no puedas morder. Pues eso, precisamente eso, es lo que está haciendo Rodríguez Zapatero, al no poder –y no querer, más bien- morder la mano etarra, que precisamente es con la que paseará hasta las próximas elecciones. Una extraña simbiosis con la que ambos sectores radicales tratarán de perpetuarse en un poder ilegítimo, abyecto y surrealista, ayudados por un deleznable y ladino sistema judicial en plena fase de deshielo.

Y es que, -como dijera alguien- Zapatero tiene más obsesiones que ideas...

Bienvenidos al mundo del revés...